Capítulo 24

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Capítulo 24

A pesar de estar demasiado tiempo pensando en las palabras y acciones que tuve en aquella simulación, aún tenía que resolver el principal asunto en el que me encontraba envuelta luego de visitar las celdas. Revise mi traje y encontré el pedazo de tela aun conmigo. La sangre estaba seca pero aun así funcionaba.

Regrese y saque rápidamente el pedazo de tela, lo coloque frente a una pantalla y unos rayos color purpura comenzaron a examinarlo. Al terminar busque en una pantalla distinta mis datos del análisis mensual, los envié a donde tenía el análisis de Dylan y probé la compatibilidad. Puede que fueran demasiados años de diferencia pero si había alguna relación en el árbol genealógico lo encontraría.

Las personas de esta época celebraban mucho a sus muertos. Cada familia debía tener una lista de logros de sus antepasados, era básicamente una tradición y el Laboratorio podía facilitar muchos datos con tan solo una muestra de sangre y archivos de antiguos pacientes.

Espere por unos minutos deseando que no solo se tratara de una coincidencia pero todos mis ánimos se esfumaron el ver que la prueba resultaba negativa. Mi familia Padrell era totalmente distinta a la de él.

Me sentí decepcionada pues realmente quería tener a alguien, por más que extraño que fuera que uno fuera mayor o menor, no me importaban los años, solo tener algo de familia, tal vez Dave se había equivocado y en lugar de darme una gran noticia solo me dio un gran trago amargo.

Borre los datos del análisis y salí de la sala. Había comprobado que Dylan no era mi familia pero eso no quitaba el hecho de que era uno de los míos, uno de la Zona Letal engañado por el Laboratorio y quien sabe cuánto más estaban encerrados allí también.

En algún momento tendría que salir al exterior, eso lo tenía por seguro y no lo haría a menos que tuviera al menos a alguno de mi gente conmigo.

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Hablar con alguien que te odia nunca sería una tarea fácil, teniendo la culpa o no, era una sensación extraña incluso al simplemente acercarme a ella, pero debía hacerlo, no solo porque Cody me lo dijera sino porque en fondo lo necesitaba una última vez.

—Ángela—me sentía avergonzada de mi misma incluso al escuchar el temor de mi voz.

—Largo—me dijo secamente mientras realizaba algunos juegos de estrategia—necesito concentrarme y tu presencia no me ayuda.

—Entonces esperare—me pare al frente una pantalla distinta realizando otros ejercicios. Recuerdo que mis primeros días en el Laboratorio fueron siempre al frente de estas pantallas. Sin ver a otros, sin saber nada de ellos. Ahora todos nos conocemos, me preguntaba qué hubiera pasado si hubiéramos seguido solos como en un principio. Tal vez Joel y Amara estarían bien, Ángela y el Eldon también, posiblemente las gemelas se habrían aburrido pero incluso ellas estarían mejor sin temerme. Negué con la cabeza eliminando aquel pensamiento, no se trata de lo que hubiera hecho, se trataba de lo que debo hacer.

Me mantengo seleccionando números y realizando formulas en la pantalla. Tenía que mantener mi concentración en otro lado antes de hablar con ella. Por más difícil que fuera.

—Lena ¿a qué es lo que vienes?—escuche su voz a mi lado pegando un salto y topándomela de frente. Ella nunca había sido una cobarde, y ahora tendría que demostrarle que había aprendido lo que ella siempre me demostró, hablar sin importar lo que pasara, decir la verdad por más horrible que fuera.

—Vengo...vengo a pedirte perdón, no solo por lo Eldon sino por ser una terrible amiga—tome un poco aire antes de hablar—tenías razón, yo soy la mala, yo soy el monstruo, no solo te herí a ti sino que hice demasiadas...—no pude continuar—no soy buena, eso es todo.

Se cruzó de brazos examinándome con la mirada—Yo también dije muchas palabras feas ese día, y no voy a decir que lo lamento porque no es así.

Me tenía que liberar y tú me molestaste demasiado, cuando quemaste la espalda de Eldon yo también lo sentí, no fue algo accidental, sentí como mantuviste la batuta hasta dejarlo inconsciente en el piso. En el momento en el que lo golpeaste no fue solo a él, sino a mí.

Sentía un nudo formándose en mi garganta y pensaba que me tiraría a llorar en cualquier momento.

—Pensé mucho y Joel me ayudo a comprender mejor la situación, no solo la tuya, sino la de todos. Lena nadie hace algo así en su sano juicio, tu mente está en un completo desastre y tal vez ninguno de nosotros lo ha notado por mantenernos siempre preocupados en nuestras pruebas y en lo que nos van a hacer. Nos faltó unión, nos falta unión, es lo que él piensa.

— ¿Y qué es lo que tú piensas?

—Que no podemos ser amigas, no ahora, tengo que sanar y tú también, puedes estar tranquila de tener mi perdón, espero yo tener el tuyo.

—Claro que lo tienes, tú no has hecho nada, estabas en tu derecho.

—Lena no he terminado y si, si hice algo de lo que no tengo justificación. Te golpee específicamente el rostro, sabia lo mucho que te dolería tener que arreglártelo, yo también fui una persona horrible y eso si lo lamento.

—Y yo ya te he dicho que te perdono y...entiendo que no podamos arreglar nuestra amistad, realmente esto es mucho comparado con como creí que sería esta conversación.

—Parte de esto debes agradecerlo a mi psicólogo y a Joel, de alguna forma él logra que tenga calma y hablar con él vuelve todo distinto. Creo que debemos seguir, tratar de ayudarnos y esperar terminar con estas pruebas de una vez, pero terminarlas bien y no con ataques de ira o venganza.

—Estoy de acuerdo—le di una ligera sonrisa. Cody tenía razón, me sentía liberada.

—Entonces no hay nada más de qué hablar, espero que mejores Lena—se dio la vuelta dispuesta a irse pero aun necesitaba saber algo más.

Me sentía mucho más emocionada al llenarme de calma y estaba a punto de decirle algo cuando me vi invadida por una terrible taquicardia. Una de mis peores pesadillas estaba a punto de suceder, pero en esos momentos aun no lo había comprendido. Sentí como el bochorno invadía todo mi cuerpo, como fuertes quemaduras invadían mis brazos en mi pecho, era como si tocara a algo o alguien que estuviera ardiendo. Grite y te me retorcí en el piso, escuchaba como Ángela me llamaba pero mis sentidos se encontraban fuera de sí. El calor se desvaneció por un momento, no obstante un fuerte golpe hizo que sintiera una de las peores sensaciones que podría describir en toda mi vida.

Era como si de pronto me hubieran arrancado algo. No era un dolor físico sino un dolor interno, podría decir que espiritual y emocional.

—Todos los prototipos deberán dirigirse a sus respectivas capsulas, es una orden emergente—se escuchó por parlantes.

No tuve la fuerza suficiente para levantarme, no tuve la fuerza suficiente para aceptar lo que había pasado.  

Las Crónicas de Lena PradellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora