Capitulo 11

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Capítulo 11

Para ese entonces desconocía mucho sobre las pruebas de Kate, e incluso ahora mismo podría decir que no logro distinguir que hechos fueron reales y cuales fueron solo simulaciones o alucinaciones, sin embargo, ese momento es uno que sabía que jamás olvidaría.

Las paredes se comenzaron a cerrar en lapsos de un minuto. No sabía que quería que hiciera y por la expresión que tenía mi compañero en ese momento podía decir que el tampoco. Estábamos perdidos. Kate quería que solo uno saliera, pero tal vez ninguno de los dos quería o no sabía cómo salir del problema que nos planteaba.

Observe a Nick con atención buscando alguna respuesta o acción de su parte, pero no encontré nada más que una mirada vacía.

—Lo siento, no puedo quedarme sin mi hermano—escuche de su parte antes de sentir como una fuerte vibración me golpeaba fuertemente haciendo que me levantara del piso y chocara contra una de las paredes.

Poderes, no teníamos nada más que eso. Me sentí demasiado frustrada al comprenderlo. Los poderes eran lo último que debería usar si no encontraba nada en el ambiente. Ahora la habitación había cambiado a un color café, mi choque había generado aquello y en ese momento entendí la segunda parte, la percepción del color como señales.

Quise levantarme pero otra onda de vibración me levanto por los aires y me hizo chocar tanto con el techo como la pared. Ahora los colores pasaron a un tono rojo y sabía lo que eso significaba. El había ganado lo primera ronda con algo tan sencillo como usar vibraciones— ¡Púdrete! — grite un tanto adolorida buscando camuflar con mi poder cualquier marca que los golpes hubieran provocado en cuerpo.

Se escuchó un tipo de alarma y se abrió un pasillo, él no se lo pensó dos veces antes de entrar en este y sin duda yo no pensaba darle ventaja. El solo quería jugar a su conveniencia, pues ahora yo también lo haría. En cuanto tuviera un factor natural a mi alcance no lo pensaría dos veces en usarlo a mi favor. Me sentía traicionada en ese momento, poco me importaba lo que me habían dicho en las clases sobre la importancia de trabajar en equipo, tal vez ellos se habían equivocado el enseñarme y ni siquiera las situaciones más desesperadas lo necesitaban.

Corrí por el pasillo encontrándome con 4 caminos distintos. Todos iguales, sin reflejar nada más que una sombra negra. No me lo pensé demasiado y comencé a entrar al primero a la derecha. El paisaje comenzó a cambiar en cuanto daba algunos pasos y como si se tratase de un mal chiste me volví a encontrar en la Zona Letal.

--Quien se atrevió a crear esta simulación se ha puesto muy creativo: La Zona Letal ¿Qué acaso no tienen más ideas?—bufe con cierto sarcasmo y aburrimiento, estado que no tardo en cambiar al presenciar una versión de la Zona Letal que siempre desee borrar. Un recuerdo que no dejaba de atormentarme y tampoco lo haría ahora.

La muerte de Dani. Solté un grito al ver su cuerpo tendido en el piso frente a mí, pero lo que más me llego a espantar en ese momento fue como la sangre zafiro comenzaba a brotar de mis manos, como en una de ellas yo sostenía un cuchillo. Lo solté rápidamente y salí corriendo del lugar pero los recuerdos no me dejaban. Gritos. Sollozos y dolor, todo se hacía presente en mi mente una y otra vez, no podía escapar, no podía correr pues podía verla en todas partes, no solo a ella, sino incluso mi propio reflejo y los peores actos que había cometido.

Grite y me incline en el piso sollozando— ¡No puedo, solo déjenme! ¡El gana, yo no lo soporto! ¡Soy una persona horrible no tienen que recordármelo más! ¡Ya entendí! — me desespere tanto que sentía un fuerte dolor en mi pecho. Cerré mis ojos fuertemente y por fin logre encontrar de nuevo oscuridad. Pase de la misma forma por un rato hasta caer dormida.

Las Crónicas de Lena PradellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora