Soy el problema.

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No quise, no quiero, ni querré aceptarlo pero es cierto.
Durante años mi único pensamiento y deseo ha sido la belleza, la perfección, la delgadez... Lo desee tantas veces que se convirtió en un sueño, un sueño inalcanzable, platónico.
Ignoré mis miedos y pesadillas, no acepté mis problemas.
He llorado tantas noches de impotencia, consumida por el insomnio, rabia y tristeza. Pedí desaparecer cada año que soplaba las velas, mi único deseo antes de sumirme en mis sueños, en cada mirada, cada risa, cada pestañeo que daba eran en realidad falsas esperanzas, falsas esperanzas hacía mí misma.
Porque no me entiendo, me autosaboteo continuamente sin poder evitarlo, fastidiando los momentos buenos y recalcando los malos y es por esto que me detesto.
No quise aceptar lo pero ahora lo se. El odio que me proyecto supera a todos mis sentimientos, creí que el amor lo solucionaría, que sería la respuesta a todas mis preguntas pero, aprendí por las malas que soy la excepción que confirma la regla.
Cuando mi mayor deseo es desaparecer...no consigo evitarlo, pienso en los demás y me siento una egoísta, quitándoles sus vidas a causa de mi culpa. Esa culpa que me quema en el pecho, que me produce temblores y malos sueños. Esa culpa que cae por mis mejillas y vuela por el aire en forma de llanto, en forma de gritos desesperados.
Me enseñaron a odiar lo diferente, a criticar y juzgar a la gente y esto es lo que soy, con lo que nací siendo. Un monstruo. Una pesadilla de entre tantos, una cosa rara destinada a ser odiada y ¿Por qué? Porque así me enseñaron, a destruir las cosas únicas y diferentes, a pensar que lo raro era malo, que sus ideas y mentiras eran la única salida pero, tanto les creí que me considere un problema y aún me considero.
En mi mente anida un deseo de apreció, de ser suficientemente pero, sé que no lo soy y, creo que no puedo, por muchos esfuerzos, por muchos cambios que haga no consigo parecerme a ellos y es por esto que, ya no puedo.
No puedo soportar más luchas, más gritos y atropellos, he querido ser diferente, he deseado la muerte una y mil veces, y de verdad te digo que lo he intentado, he querido complacerles pero... Ahora sé, que ni eso puedo.

Lo que esconden mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora