Diálogo de un corazón

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Odio esto
¿Por qué tuve que ser tan necio?
¿Tan obstinado con mi deseo?
Si ya sabíamos que esto
no iba ser nada bueno,
para este sujeto
y órganos internos,
nada que no hubiéramos hecho
anteriormente.

Y ahora trata de suicidarse
¿la mente?
Mientras los ojos se asean,
para no perderse
la bella escultura
que esperan ver vagamente.

Pero gracias Dios!
hemos encontrado una solución,
un sustituto para el amor,
y quién mejor
que el primo de la pasión;
su nombre es... el Alcohol.

- Abraxas

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