Capitulo 4.-

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Hola gente!!! Mil disculpas por la demora en actualizar, prometo subir capitulo cada dos semanas ya que antes se me hace imposible por mí trabajo y el desgaste físico. Espero disfruten de este capitulo ;)

Capítulo 4.-

Había transcurrido un año desde que Manuel y Martin iniciaron su relación, durante ese trayecto atravesaron altos y bajos, era normal, después de todo se esforzaban por amoldarse al contrario. Realmente deseaban que esa relación funcionara, se amaban y eso era lo que importaba. Manuel a solas solía pensar en Miguel, le gustaba imaginar que hubiese sido de la vida de ambos de estar juntos, luego una inmensa culpa lo invadía provocándole un profundo mal estar.

A veces, cuando Martín se tornaba distante, apagado, creía que era por qué había descubierto sus dañinos pensamientos, o bien, cuando hacían el amor escuchó como se escapaba de sus labios en un susurró inaudible el nombre de Miguel. Luego todo volvía a la normalidad, Martín volvía a ser ese hombre alegre, encantador y carismático que lo enamoró, y él lograba respirar con tranquilidad.

En ocasiones solía sentirse como una puta mierda, tal cual se sentía ahora. Martín confiaba en él ciegamente y él confiaba en Martín, aun así jamás le habló de su pasado, o de Miguel, ni de como el peruano se encajó en su corazón, o de cómo estaba grabado en su piel como si de un tatuaje se tratase. Sabía que el argentino no era tonto, después de todo cuando se vieron por segunda vez se percató de la situación. ¿Pero cómo le confesaba que después de un año juntos aún lo pensaba, aún le dolía? No quería perder a Martín, pero a veces sentía que lo de ellos no iba a ningún lado.

Abrazó sus rodillas con fuerza mientras su cuerpo temblaba suavemente a causa de los sollozos, Cholito al oírlo se echó sobre sus pies, de algún modo sentir su cuerpo peludo y caliente le reconfortaba, ese gato bueno para comer y escandaloso era la prueba viviente de que Miguel fue real, el único recuerdo que a pesar del tiempo transcurrido lo unía a él. Su celular comenzó a sonar, al mirar la pantalla supo que se trataba de Martín, dubitativo contestó a la llamada.

— ¿Qué quieres Martín? — Trató de sonar firme más su voz temblorosa mostraba lo contrario.

— Perdóname, perdóname por todo Manu... Yo no pensé que las cosas iban a terminar así, soy un boludo, me quedé callado y no te defendí... — La voz del argentino se oía apagada. — Te juro por Dios que mi intención era buena...

— Ahora no tengo ganas de hablar... Mañana después de nuestras clases podemos juntarnos... — El nudo en su garganta dolía. — Te amo... — Susurró para luego cortar y poner su teléfono en modo avión.

Su madre se lo advirtió, cuando ella se enteró de su nueva relación y conoció a Martín le dijo, "Manuel, ese cabro no es pa ti, no te entusiasmes, vas a volver a sufrir. Tan solo míralo, el rucio es tan finolis, se nota que tienen plata. ¿Qué vas a hacer con él? Lo primero que van a decir es que te lo agarraste por interés." En ese momento no quiso escucharla, sin embargo hace unas horas, cuando Martín les presentó a sus padres, ahí supo que su madre tenía razón.

Horas atrás...

Llevaba media hora probándose ropa, no es que tuviera mucha, pero nada de lo que tenía le convencía. Finalmente eligió unos Jean ajustados rasgados en las rodillas, zapatillas náuticas, una polera negra algo ajustada y un bléiser, el cual le daba un toque semi formal. Se miró un par de veces en el espejo y sonrió, debía admitir que hizo una buena elección. Aplastó bien su cabello para luego rosear perfume en su cuello, tomó su teléfono celular, las llaves, besó la cabecita de Cholito y salió de su departamento.

Lazos RotosWhere stories live. Discover now