Capítulo 12.-

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Hola gente, espero aun me recuerden!!!! Se que he estado desaparecida demasiado tiempo, pero mi vida se volvió un desafío constante. Leí algunos mensajes en mi muro, los cuales me impulsaron a seguir escribiendo. Les invito a seguir mi cuenta de instagram para que vean algunos de mis proyectos audiovisuales. Mi usuario en IG es shinecomicart

Capítulo 12.—

Algo dentro de él le gritaba que todo acabó, que Martín no regresaría y que muchísimo menos le daría alguna explicación. Debía dejarlo ir, dar vuelta la página y recoger los pedazos rotos de su maltrecho corazón. Había transcurrido un mes, un jodido mes donde no tenía noticia alguna del argentino, un mes donde no hubo noche sin derramar lágrimas en su honor.

Dió un par de vueltas en la cama intentando inútilmente conciliar el sueño. Debía poner fin a su agonía y empezar de nuevo, lo sabía, pero todo era mucho más sencillo en el pensamiento. La realidad era cruel y no le permitía soltarlo, no al menos sin saber que pasó. Al menos, merecía una  explicación, saber en qué falló, en qué fallaron.

De pronto, surgió una idea. Si Martín, no se dignaba a contestar el teléfono, ni sus mensajes, entonces viajaría y lo enfrentaría, una vez cara a cara no podría negar la explicación que se merecía.

Se levantó rápido de la cama y del cajón de su escritorio sacó su notebook, encendió el aparato e inmediatamente ingreso a una página de viajes. Sin pensarlo demasiado compro un pasaje en bus de ida y vuelta directo a la ciudad de Buenos Aires, todo era muy apresurado, pero necesitaba hacer esto, tanto por Martín como por el mismo.

Consiguió boletos para las 8 de la mañana, por lo que esa noche no durmió. Se dedicó a empacar lo necesario para su corto viaje y a preparar todo para que su peludo amigo estuviese bien en su ausencia —. No tardaré nada, te prometo que en unos cuatro días estoy de regreso—, susurró bajito mientras acariciaba la cabeza del gato. De todas maneras le pediría al conserje que le de un vistazo en su ausencia.

Todo estaba listo y la hora se acercaba, con pesar se despidió de su mascota, cogió su mochila, documentos y salió del departamento. No abandonó el edificio sin antes encargar al conserje que vigilase a su mascota, cosa que el hombre de avanzada edad aceptó gustoso. Salió del recinto decidido y se encaminó a la terminal de buses.

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— ¿Estás seguro de esto, Tincho? —Miguel, lo observaba desde un rincón de la habitación.

— Miguel–, humedecio sus labios con la punta de la lengua—. Estoy seguro, en unos minutos vos y yo vamos a ser un matrimonio.

— ¿Pero que va a pasar con la persona que estabas? —Su mirada se tornó curiosa, le costaba entender la frialdad del argentino para desechar a alguien que le amaba como si nada.

—Sabés que se lo prometí a mi viejo, además... —Titubeó un instante, dejó de arreglarse el cabello y se acercó al peruano—. Miguel, en este tiempo juntos me dí cuenta que no estaba enamorado de él, quizás me apresuré con él, me sentía sólo en un país que no era el mío y sin mi familia y amigos de toda la vida—. Dejó escapar un prolongado suspiro para luego desviar la mirada, fijando está en el enorme ventanal de la habitación —, además, terminé enamorándome de vos.

Miguel, ante tan repentina declaración se sintió incómodo. Martín, era sin duda un hombre atractivo, era agradable en todos los aspectos, sin embargo, no lograba corresponder a sus sentimientos. Su corazón tenía dueño y aunque jamás pudiese recuperar a quién amaba, tampoco lograba arrancarse ese sentimiento del corazón.

—Yo te quiero, Tincho, te quiero mucho, pero no puedo enamorarme ni de ti ni de nadie—. Nervioso comenzó a juguetear con la corbata burdeo que colgaba de su cuello—. Todavía lo amo, te lo juro huevon, mil veces he intentado olvidarlo, pero no puedo—. Tomó las manos del argentino estrechandolas con fuerzas—, me gustas, pero no te amo, en unos minutos vamos a estar casados solo por compromiso y no deseo hacerte daño.

—Me estás matando pelotudo—. Quiso romper la tensión, pero su voz lo traicionó saliendo lastimera—. Vamos, ya todos nos están esperando.

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Buenos Aires, era una ciudad gigantesca y ni siquiera sabía por dónde empezar a buscar. Santiago, le resultaba una ciudad tediosa, pero Buenos Aires lo estaba superando con creces. No contaba con mucho dinero, por lo que se encaminó hasta un cibercafé, ordenó algo para beber y aprovechó de buscar información referente a Martín.

Lo que encontró en un sitio web de farándula lo dejó helado, restregó con efusividad sus ojos y volvió a releer el enunciado. "Martín Hernandez, hijo único del imperio Hernandez contrajo matrimonio". No necesitó seguir leyendo, el solo título le entregó las respuestas que necesitaba.

En shock, con los ojos humedecidos llamó al mesero, pagó el refresco y salió de ahí con torpeza, chocando con algunas personas en el trayecto. Una vez fuera paró el primer taxi que pasó, con dedos temblorosos buscó la dirección que Martín  le había dado, sin siquiera mirar al conductor le indicó a donde se dirigía.

Durante el trayecto se sintió morir. No entendía que pasó para que Martín le hiciera tal cosa. ¿Dónde quedaron todos los planes que tenían como pareja? Por más que intentaba minimizar la situación en su cabeza le resultado imposible. El argentino lo había traicionado y lo peor de todo es que no tuvo las pelotas para poner fin a la relación.

—Acá es, son 1.200 pesos—, dijo de pronto el conductor con voz monotona.

Manuel, sin siquiera pronunciar palabra entregó el dinero al hombre y con torpeza bajó del automóvil. De pronto, su corazón comenzó a taladrar su pecho y sentía que comenzaba a faltarle el aire. Respiró profundo y con pasos temblorosos avanzó hasta la entrada de la casa.

El sitio era enorme, grandes portones negros se mostraban imponentes frente a él y algo dudoso apretó el botón del citofano. Esperó que alguien contestara, sin embargo jamás recibió respuesta. Frustrado decidió sentarse un rato, no se iría de ese lugar sin tener respuestas.

No supo cuanto tiempo transcurrió, pero el sol comenzaba a ocultarse. Empezaba a hacer frío y se sentía cansado, lo mejor sería irse y buscar un sitio dónde dormir. Cuando se disponía a retirarse el sonido de un motor se escuchó a lo lejos y por instinto se ocultó tras un muro.

Su cuerpo se tenso al oír que el motor del auto se detenía, asomó disimuladamente su cabeza e inmediatamente identificó al argentino, quién ignorante de su presencia dejaba un apasionado beso sobre otro hombre. Desde donde estaba no lograba ver con claridad a su acompañante, pero era evidente que ese sujeto era quien le arrebató el amor de Martín.

Una mezcla de ira y pena lo invadió, dejó de lado su racionalidad y orgullo. Había viajado por respuestas, por lo que no era momento de apabullirse. Con pasó seguro se encaminó hacia donde ambos hombres se comían la boca y en un arrebato de celos tomó argentino del brazo para girarlo con brusquedad.

—Manuel... — Tanto el peruano como el argentino pronunciaron aquel nombre al mismo tiempo.

Manuel, al ver a Miguel frente a él retrocedió unos pasos. El destino no podía ser más burlesco y cruel con él. Si la traición de Martín dolía, saber que la persona por la cual lo dejó era Miguel, dolía mucho más.

— ¿Por qué? ¿Por qué me hicieron esto?— Con voz quebrada habló y sin poder contenerse rompió en llanto.

— Cálmate Manu, dejá que te explique todo—. El argentino intentó abrazarlo, mas el chileno lo apartó con un sonoro manotazo.

—No te atrevai a tocarme conchetumare, ¿cuando pensabas llamarme para decirme que estabai con este maricon? —Cegado por la furia comenzó a darle bruscos empujones.

—Manuel, cálmate, no me rompas las pelotas o no respondo—. Le sujetó ambas muñecas con brusquedad—  hablemos como los adultos que somos y dejá tus pendejadas de lado.

— ¿Mis pendejadas? Eres muy cara de raja, me viste la cara, te reíste de mí a mis espaldas y más encima te haces el ofendido. Weón patuo— ríe con sarcasmo—. Andate a la mierda– con brusquedad se safó del agarre.

Manuel, sin más, se dió la media vuelta y tragándose su rabia y tristeza emprendió su camino. Definitivamente él no estaba hecho para el amor.

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⏰ Last updated: Mar 17, 2022 ⏰

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