Hola!!! Acá les dejo un nuevo capitulo, espero lo disfruten ;3
Capítulo 5.-
Llevaba horas echado junto al amplio ventanal de su habitación, no deseaba moverse, realmente no tenía ganas de hacer absolutamente nada. Afuera el cielo estaba pintado de gris, algunas gotas de lluvia se deslizaron por el cristal de su ventana, mientras que su mirada melancólica se perdía en aquel paisaje sin vida. Cada maldito año era lo mismo, a veces creía que era un tema superado, pero cada 15 de julio se encargaba de recordarle que aún dolía, que la distancia entre ambos cada día que pasaba secaba un poco más su ya marchito corazón.
Francisco entró en la habitación, no llevaba mucho tiempo como pareja de Miguel por lo que desconocía de sus episodios depresivos en esas fechas. El ecuatoriano se acercó a él, lo rodeó con sus brazos para luego dejar pequeños besos sobre sus mejillas. Deseaba con todo su corazón levantar el ánimo del peruano, quién se caracterizaba por su buen humor, verlo de esa manera le afectaba, y más aún porque no le tenía la suficiente confianza.
— ¿Qué te pasa Miguel? ¿Acaso estuviste llorando?— se sienta a su lado observándolo con preocupación.
—No es nada Pancho, no es una buena fecha para mí, solo eso—. Se inclinó ligeramente dejando un efímero beso sobre los labios del ecuatoriano—. Hoy no tengo ganas de salir, me gustaría estar a solas. No lo tomes a mal, mañana estaré mejor y prometo que pasaremos el día juntos, tú y yo—. Esbozó una torcida sonrisa.
—Me gustaría que confiaras en mí Migue—, en un gesto comprensivo le toma de la mano—. Sabes que te apoyaré en lo que necesites, ¿verdad?
—Lo sé, pero no te gustará saber el motivo de mi estado, no quiero hacerte daño Francisco—. Desvió la mirada y con sutileza apartó su mano.
Francisco asintió con la cabeza, se puso de pie y salió con prisa de la habitación del peruano, sus acciones lastimaban, aunque deseara lo contrario. Miguel lo vio partir, sabía que estaba dolido, por un momento se le cruzó la idea de ir tras él, más no le apetecía mover un solo músculo. Lo quería muchísimo, sin embargo no lograba amarlo, porque por más que buscaba a Manuel en él, no lograba encontrarlo. Volvió a cerrar los ojos con lentitud dejando escapar un amargo suspiro. El día en que decidió dejarlo jamás imaginó que dolería tanto, pensó que solo era un amorío de pendejos que con el paso del tiempo se pasaría, sin embargo aquí estaba, años después aun llorando su ausencia.
Tomó su teléfono celular, observó con desgano la pantalla de este, al desbloquearlo rio con nostalgia y amargura. Aún conservaba como fondo de pantalla la foto que ambos se tomaron el día de la fiesta de graduación. Como cada año marcó su número, se conformaba con escuchar su voz, o simplemente con el sonido de su respiración, el solo sentir que estaba del otro lado de la línea le daba fuerzas para continuar por los próximos 364 días del año. Marcó el número para luego pegar el aparato a su oído, esperó pacientemente un par de segundos, hasta que del otro lado de la línea contestaron.
—Hola. ¿Quién es?—. Oír su voz seguía provocando ese dolorcito tan agradable en la boca de su estómago, sin contar el violento latir de su corazón—. No te quedi callao, sé que eres tú—. Las palabras de Manuel arrancaron una sonrisa al peruano—. ¡Por la chucha Miguel! Si me vai' a llamar pa puro wear podí irte a la chucha culiao—. A cada palabra del chileno se notaba más su enfado.
— ¿Cómo estás?—, se atrevió a preguntar de pronto—. Necesito saber que estás bien Manuel.
—Estoy bien, ahora ya no me molestes más—. Deseaba cortar la llamada, él estaba con Martín, aun así su cuerpo no reaccionaba. Como cada maldito año se quedaba sin saber qué hacer, dejando a su corazón llenarse de esperanza por un instante.
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Lazos Rotos
FanfictionMartín y Manuel se conocen en la universidad, la atracción entre ellos se estableció desde el primer momento en que se miraron a los ojos en aquella fiesta, bastaron un par de copas de más para terminar teniendo sexo a las horas de conocerse. Se enc...