❝Tal vez existe algo más allá, algo detrás de esta atroz masacre por un solo individuo. Quizá no era algo que él deseaba hacer.❞
Era lo único que podía pensar Saori Uchiha, la segunda sobreviviente a la masacre de su clan, el cual se cree, fue asesi...
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Una niña de cabellos azabache observaba con atención aquella fotografía dónde se hallaba abrazando a su hermano mayor el día que inició en la academia. Sus ojos oscuros se humedecieron al recordarlo, porque en verdad extrañaba a Shisui, su querido onii-chanera su todo, era su luz, así como para él, Saori también era el brillante sol que iluminó sus días.
Oh, ¿Cómo olvidar ese día? Observaba a casi todos los niños emocionados con sus padres, mientras que la infante tenía a su hermano mayor con ella, pero no lo hacía menos, al contrario; Saori estaba orgullosa de tenerlo ahí con ella y el Uchiha no podía contener su felicidad al saber que su hermana, su pequeño sol deseaba convertirse en una Kunoichi y luchar a su lado para proteger Konohagakure.
Pero la menor de cabello oscuro ahora sabía que eso se había vuelto un sueño imposible; nunca podría luchar junto a su hermano y recordar el momento en el que recibió esa trágica noticia de su muerte, volvía a partir su corazón. Su cabeza se agitó de lado a lado para deshacer esos pensamientos tortuosos y prepararse. Ahora se había convertido en una genin y podía representar a Konoha en diversas misiones, aún si eso podría significar arriesgar su vida por el bien de la aldea, pero ella quería ser igual a Shisui; anhelaba ser tan fuerte y valiente como él.
Colocó de nuevo la foto en su mueble, secando sus lágrimas y percatándose de la silenciosa presencia de su mejor amigo. Sasuke se acercó a ella con esa inexpresividad que poseía a diario desde aquel fatídico día para ambos; un horrible día al que solo ellos sobrevivieron. El muchacho le tendió la mano, ayudándola a levantarse y dando a entender que ya debían irse, lo cual Saori captó después de unos segundos. Algunas veces la chica podía ser un tanto torpe, a pesar de su sangre Uchiha.
—Me perdí en mis recuerdos, lo siento, Sasuke —se disculpó con una sonrisa nerviosa, terminando de prepararse, colocando la banda ninja en su frente.
Por otro lado, el de cabellos oscuros solo se encogió de hombros para restarle importancia y giró sobre sus talones al haberla hecho levantarse, caminando hasta la entrada del hogar que compartían, porque ninguno de los dos deseaba quedarse en soledad total, aún si el Uchiha jamás fuese a admitir aquello. Saori realizó un puchero, siguiéndolo con pasos apresurados y colocándose rápidamente sus sandalias shinobi para alcanzar a su mejor amigo que poco se había molestado en esperarla.
En ese clásico silencio se dirigieron hasta la academia, dónde sería la reunión de los genin novatos, ¿Tal vez los enviarían a una misión? No, aún era muy pronto. La chica estaba ansiosa por el comienzo de su camino ninja; ya quería sentir esa adrenalina de la cual solía hablarle su hermano cuando volvía de sus misiones y pasaba tiempo junto a ella.
Llegando a la academia, Saori se sentó en los asientos delanteros a su amigo Sasuke, junto a otro de sus compañeros: Inoue Hisoka, quién la saludo con una amable sonrisa y la azabache correspondió de inmediato. No prestó mayor atención a su entorno mientras mantenía una conversación con el chico de cabellera ceniza, hasta que la calmada voz de Shikamaru llamo su atención al iniciar una conversación con Naruto.
