Permanecía recostado en mi cama mirando Instagram, en eso decido buscar el perfil de Zoe entre los amigos de Leandro, y me di cuenta que ya la seguía e incluso mi like estaba allí en fotos viejas.
Sin importarme, entré a sus historias, las primeras tres demasiado aburridas pero las que continuaban eran de ella viajando, mostrando que fue a buscar a Leandro a la terminal, y luego los dos juntos. Le sacaría screen para tener refuerzo si es que él me mentía, aunque no sería necesario, justo me llegó un mensaje suyo comentándome que estaba muy aburrido.
Sonreí, me quiere a mí, o se divierte más conmigo. Cada vez estoy más seguro que me es fiel, no debo de preocuparme por nada, y puedo decir que habla de mí con todos los que conoce, yo en algún futuro lo voy a hacer, ahora no me siento realmente preparado, creo que me da un poco de miedo mi familia.
Seba me contó lo que hizo y lo poco que durmió debido a las fiestas, le pregunté si era en un boliche o algo así, riendo me contestó que eran entre familia y bailó con todas sus abuelitas o tías que nunca en su vida vio.
Me pidió también que para este sábado no tuviera planes porque nos juntaríamos todos en el bar para hacerle la despedida a Florencia, quien se iba a otra provincia para estudiar criminalística, carrera que desde pequeña la vio en una serie y le fascinó, por lo que siempre nos decía que se iría para ser la mejor, y poder volver a trabajar aquí.
Les comenté a mis padres y me dieron algo de dinero extra para más gastos o algún regalo si es que quería, entonces confirmé que iría, también lo haría Leandro, otro momento donde nos podríamos ver.
Estaba sentado en el medio de Seba y Casandra, al frente estaba Florencia con una de sus primas y al costado Leandro con demás personas que me dijeron sus nombres pero no me importaban.
Pedí un trago de cereza: —uy, ¿querés morir? —preguntó Ca, nos quedamos observando cómo dejaban guitarras y micrófonos, preparando el pequeño escenario— ¡Sergio tenés que cantar! ¡La de lamento boliviano!
Leandro rió burlándose: —uy, sí, llegás a tocar ese tema y te rompo la guitarra, que cante algo que a él le gusta.
Le sonreí asintiendo: —no voy a cantar, y no quiero morir, es que quería algo diferente.
—Te digo que si te ponés en pedo, no te pienso cuidar.
Indiqué el vodka que ella tomaba: —me parece que yo te voy a tener que cuidar a vos.
—O yo a los dos —intervino Seba—, che me ayudan si estos se ponen mal, eh, miren que andan blandeando últimamente.
—¡Ay, yo quiero morir! —chilló Flor.
—Vos podés. —Asintió Leandro—. Vení, te regalo un trago. —Ellos se fueron hasta la barra y yo lo seguí con la mirada.
Pasó como una hora y media, ya notaba cómo mi humor se iba elevando y mi risa aumentaba, a la vez Casandra y Florencia empezaban a bailar y querer subirse a la mesada.
—¿La llevás al baño? —preguntó Seba indicando a Ca.
—Dale.
—¡Fijate que no vomite!
Tomé a Casandra por la cintura y la ayudé a caminar, le iba pidiendo que se calmara y que todo estaría bien. La senté en la pileta, pasándole agua, cuidando de que no se resbalara ni cayera.
—¿Mejor? —murmuré una vez que terminó de beber el vaso.
—Ajá. —Se quedó mirándome y negó—. Perdón, seguro soy un asco.
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La forma correcta de ser.©
RomanceConoce a Sergio, y su vida normalmente aceptada por lo que dicta la sociedad. Tiene todo para estar bien y ser feliz, aunque muy en el fondo, a pesar de no querer aceptarlo, sabe que hay algo que le produce malestar. Luchando por no salirse de lo i...