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En alguna plaza de Kioto se encontraba un pequeño castaño llorando debajo de un árbol.

Había salido de paseo junto a su familia, estaba muy entusiasmado, jugo con su hermano mayor, se sacó foto con sus padres, pero en un momento en el que se dirigían a comprar helado soltó la mano de su madre para ir a tras un gato. Este al verlo se alejó corriendo y como Kouki siendo un niño curioso fue tras él, corría y corría tras el gato hasta que una señora lo detuvo porque iba a cruzar la calle estando en rojo. Al levantar la mirada vio a alguien extraño y no a su mama, asustado empezó a llorar. La señora preocupada iba a acercarse para ver si estaba bien pero Kouki al verla salió corriendo, de nuevo, corrió hasta que se detuvo por el cansancio, había llegado a una plaza, asustado se fue a esconder bajo un árbol mientras lloraba.

Tenía miedo, no sabía dónde estaba su mama y tampoco sabía volver a su casa solo, el pensamiento de que quizás lo abandonen lo invadió y cegado empezó a sollozar más fuerte a la vez que escondía su cabecita entre sus piernas.

-¿Oye estas bien?

Escucho que le preguntaron, levanto un poco su cabecita y vio frente a él un niño que sostenía una pelota de básquet. Aun con miedo contesto negando con su cabecita. El niñito preocupado soltó la pelota y se acercó con cuidado hacia él.

-¿Qué te paso?

Pregunto mientras le acariciaba el pelo, tratando de calmarlo.

-Me perdí

Contesto Kouki mientras salía de su pequeño escondite para ver al niño frente a él mejor, tenía el pelo rojo, una sonrisa que te inspiraba confianza y sus ojos rojos igual que su pelo, solo que Kouki los comparaba con unas fresas.

-¡Seijūrō!

Escucho que gritaron cerca de donde estaban ellos, vio cómo su nuevo amigo levantaba la mirada a la vez que miraba a los lados para encontrar a quien lo buscaba.

-¡Mama! Estoy aquí –grito para empezar a agitar los brazos para que lo vieran.

-Seijūrō por dios no desaparezcas así

Al levantar la vista vio a una hermosa señora, supuso que sería la mama de su amigo.

-Mama, Mama él se perdió, lo encontré aquí llorando cuando venía por la pelota.

Vio como la señora se agachaba frente a él ofreciéndole una sonrisa.

-Hola –dijo suave- ¿Cómo te llamas pequeño?

-Ko-Kouki

-Qué lindo nombre, yo me llamo Shiori –dijo y le ofreció su mano para que se saludaran.

-H-Hola –contesto aceptando la mano.

-Y él –señalo al niño que estaba a su lado- es mi hijo Seijūrō.

Al mirar al niño este le sonreía con la pelota en mano de nuevo.

-¿Sabes el número de tu madre cariño?

Kouki asintió a la vez que se paraba del suelo. Le dijo el número a la señora quien no dejaba de sonreírle cada vez que lo miraba.

-Muy bien tus padres vienen en camino

-¿Te gustaría jugar conmigo por mientras?

Emocionado con la idea de que su mama vendría, no dudo en decirle que sí, la Shiori-san le ofreció su mano para que caminara con ellos hacia una cancha que había ahí.

Drabbles AkaFuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora