Drabbles AkaFuri

21-

Caminaba bajo la nieve buscando la cafetería en la que me había citado Sei, era raro, nunca nos veíamos entre semana sin importar que uno de los dos tuviéramos libre. Hace años que había agarrado esa rutina y que hoy quisiera verme no me intuía nada bueno.

Cuando llegue a la cafetería respiro hondo antes de entrar, me daba miedo pensar sobre qué pasaría. Lo busque con la mirada y lo encontré en una mesa casi al fondo, me acerque despacio intentando esquivar lo que viniera.

-Hola Kouki –me saludo cuando llegue al lado de él.

-Hola, perdón por la tardanza –me disculpe al sentarme pues venía con unos minutos de retraso.

-No te preocupes no llegue hace mucho, ¿quieres ordenar algo?

-Si, por favor.

Vi como Sei levantaba la mano para llamar a una de las camareras.

-¿En qué le puedo ayudar?

-Quisiera pedir un chocolate caliente por favor –dije ya que Sei me había señalado indicándole que yo ordenaría.

-¿Algo más? –pregunto mientras anotaba lo anterior en una libreta.

-Si unos muffins de vainilla.

-Muy bien enseguida se los traigo.

La camarera se fue dejándonos en silencio, uno algo incómodo para mí pues él no me dejaba de mirar.

-¿Cómo has estado Kouki?

-Bien, con algo de trabajo.

-¿Te va bien?

-Si... ¿y tú?

-Bien, con reuniones por aquí y por allá –contesto restándole importancia

Me siguió haciendo preguntas ocasionales hasta que trajeron lo que habíamos ordenado, de ahí todo se sumió en un silencio al que no podía encontrarle definición, bebía el chocolate con calma observando la cafetería, me entraba curiosidad por el libro que tenía Sei en la mano pero prefería no preguntar. Al terminar ambos Seijūrō pago todo y me pidió que fuéramos a caminar, hacia frio pero la nieve era hermosa, llevábamos algunas calles cuando ya no soporte más el silencio.

-¿Para qué me llamaste Seijūrō? –pregunte mientras me detenía provocando que él también lo hiciera.

-Quería regalarte esto –dijo ofreciendo el libro que llevaba.

Al verlo mejor me fije que era mi libro favorito, pero era extraño que me lo diera yo ya lo tenía, lo mire con duda.

-Ábrelo –me dijo con una sonrisa.

Extrañado aún más lo abrí con curiosidad, pero las hojas estaban pegadas y solo se abría en la mitad del libro, lo observe mejor y me di cuenta que al medio de las hojas había un cuadrado cortado en donde descansaba una caja de terciopelo. Asombrado mire a Sei aun sin creerme lo que había dentro, él con una sonrisa se acercó a mí y saco la cajita abriéndola frente a mis ojos encontrándome con un hermoso anillo.

-Espero que no pienses que es muy pronto aun porque yo lo que más quiero es estar junto a ti en estos momentos y en todos los demás por el resto de nuestro vida.

No me podía creer lo que estaba escuchando, yo venía con la idea de que iba a terminar conmigo.

-Es por eso que te pido que te cases conmigo Kouki –Seijūrō no dejaba de sonreír mientras me ofrecía el anillo esperando una respuesta.

-Sei yo... –aún estaba en shock y no sabía que decir.

-Si piensas que es muy pronto por favor perdóname y olvida lo que acabo de decir –dijo afligido al ver que no le respondía.

-No no no –respondí alterado- no es eso.

-¿Entonces?

-Es que Sei... yo pensaba que me habías pedido que nos viéramos porque ibas a terminar conmigo y que en vez me pidas que me case contigo en algo inesperado.

-Por qué terminaría contigo Kouki si desde que estoy contigo soy la persona más feliz del mundo, no tiene sentido que lo haga

Me había puesto a llorar por las cosas que me había dicho, pero lloraba de felicidad nunca había imaginado que la persona que tanto amaba me pediría casarme con él. Seijūrō se acercó a abrazarme para que me calmara y yo contento lo acepte.

-Si quiero casarme contigo Sei –le dije apretando el abrazo que le daba.

Y ahí bajo la nieve nos besábamos luego de que Seijūrō me pusiera el anillo. 

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No entendí muy bien la temática de este día por lo que escribí eso.