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Siempre se ha dicho que las apariencias engañan. Y vaya que si...

Yo como un ángel a veces tengo el deber de bajar a la tierra para mezclarme entre ellos y ver cómo van avanzando, las dificultades que ven y los logros que obtienen.

Pero cuando lo vi a él, no pude dudar ni por un segundo en que fuera un ángel, el aura que transmitía, su comportamiento tan pacífico y tímido, su forma humana hacia parecer como que fuera un ser frágil y delicado.

Lamentablemente de pacifico no tenía nada.

Días después de seguir encontrándome con el cuándo visitaba la tierra, descubrí su verdadero ser, era un demonio. Buscaba corromper a la gente y que no encontraran su camino hacia la paz, no contento con eso, intentaba influenciar a los ángeles para que se descarrilaran y fueran expulsados del cielo.

Dios misericordioso que es me perdono por haber convivido con él, sin embargo, yo sentía que mi ser ya no tenía salvación, algo dentro de mí me hacía querer buscarlo y nunca separarme de él.

-Por favor solo vete, ya no puedo estar cerca de ti –pedí suplicante esperando que comprendiera mi posición.

Pero ¿cómo un demonio sería capaz de hacerlo?

-No te aflijas cariño –respondió acercándose de forma suave- pronto estaremos juntos.

Acaricio mi mejilla mientras me miraba con una sonrisa que no transmitía nada bueno. Intranquilo huí temiendo lo peor y más al escuchar lo que decía.

-Despídete de tus amigos... porque mañana ya no podrás volver.

Después de eso ya no me sentía cómodo con los demás ángeles, necesitaba estar cerca de él, quebrantando las normas fui donde siempre nos encontrábamos, al llegar lo vi sentado en la esquina de uno de los edificios con sus alas libres, mostrando su verdadero ser.

-Sei –dijo al verme- te estaba esperando.

Sonrío, después de todo... su sonrisa fue mi perdición y él el motivo de mi expulsión. 

Drabbles AkaFuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora