Kyuhyun necesita urgentemente dinero para salvar la vida de su madre. Siendo así, que decidió recurrir a hacer un trato con un multimillonario Garrett Børns.
Intercambiará a su pareja por unos días.
Pero ellos no sabían que sus respectivas parejas...
-¿Ry estás bien? -escucho llamar su nombre la voz de una mujer que perfectamente conocía desde el otro lado de la puerta del baño-
Dificultosamente se recompuso luego de haber vomitado. Estaba en unos de los baños de hombres en la empresa donde trabajaba.
-¡Rayos! -exclamo con la voz ronca y la garganta irritada- concurro al médico seguido y nada me ha encontrado, admitió que era un hombre sano luego de hacerme varios estudios y nada... ¿Como es posible que siga así de mal? -pensó por sus adentros y luego de aclarar su voz agrego- Si, estoy bien Nicole, no te preocupes.
-ok, me tenías muy preocupada -hablo la muchacha detrás de la puerta un poco preocupada- ¿Quieres que te acompañe al médico? Tal vez... -decía ella hasta ser interrumpida-
-no hace falta, solo estoy así porque comí algo en mal estado -Ryan se quedó parado adentro del baño esperando que la chica se fuera y lo dejará sólo, trato de acomodarse su ropa mientras hacía tiempo-
-ok -dijo un poco triste-
Al cabo de unos minutos de escuchar un inmenso silencio salió del cuarto inodoro y fue al tocador del mismo para verse en el espejo y ver lo pálido que estaba...
-necesito sacarme esa duda lo antes posible, no puedo seguir así -pronuncio un poco preocupado-
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-Flashback-
Ryan hacia meses que estaba trabajando en la editorial junto a su amigo Pete, se había acostumbrado a la vida laboral y parecía que nada lo detenía. En sus ratos libres de descanso y almuerzo lo aprovechaba muy bien para escribir su nuevo proyecto
Tenía tanta imaginación y ansias por publicar su nuevo libro, sin dudas, pensó que sería un muy bonito regalo y sorprendería mucho a su amada.
Estando en la cafetería, de repente sintió muchas ansias de comer y así lo hizo pero de una forma exagerada.
Mientras estaba ido en sus pensamientos imaginando cada situación y detalle para su nuevo proyecto y lo anotaba en una pequeña libreta para luego pasarlo a su laptop en la noche, cuando estuviese desocupado,. De repente llego Pete con su bandeja de comida en bajas calorías. El verano se aproximaba y más de uno estaba a dieta, salvo Ryan que comía peor que un gordo glotón.
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