Kyuhyun necesita urgentemente dinero para salvar la vida de su madre. Siendo así, que decidió recurrir a hacer un trato con un multimillonario Garrett Børns.
Intercambiará a su pareja por unos días.
Pero ellos no sabían que sus respectivas parejas...
Ryan había despertado con los primeros rayos de luz de la mañana que amenazaban su visión matutina. Miró hacia todos lados y se encontró con Pete abriendo las cortinas y la ventana. Este volteo y lo saludo con una media sonrisa en su rostro.
-hola buen día Ryan -dijo el moreno y miro el resto de la habitación- Veo que la pasaste bien solo anoche jeje
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Ryan miro a su alrededor y noto las botellas vacías de cervezas. Ahora se sentía avergonzado. Quiso recomponerse pero un dolor de cabeza lo atacó de repente bloqueando sus sentidos. Anoche, había bebido, Si. Pero porque no soportaba la angustia de siquiera retener a la chica que amaba, había llegado tarde. Recordarlo le hizo cambiar de semblante, negó varias veces tomando su cabeza para que el dolor no se sintiera más. Sin éxito alguno apretó los puños mordiendo sus labios. Sentía impotencia, otra vez la misma experiencia.
La había soportado con Brendon años atrás, juro así mismo que nada lo detendría pero sus esfuerzos fueron en vano e injustos.
-toma -le extendió Pete un vaso de agua fresca con una Aspirina- te hará bien, ya lo verás...
Ryan asintió y tomo lo ofrecido por el amigo de Dan, no lo conocía mucho y no tenía tanta confianza con él, pero de una cosa estaba seguro, le debía un favor y lo agradecía mucho su enorme ayuda.
-gracias -susurro en voz baja casi audible para el muchacho, este le sonrió y se sentó en una silla-
Mientras Ryan aprovecho para tomar el agua y la Aspirina, Pete lo miraba curioso. El castaño prefirió recostarse en la cama.
-¿Me veo muy mal? -pregunto Ross un poco preocupado-
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Pete negó ladeado su cabeza.
-Me da simple curiosidad saber más de ti -contesto el muchacho haciendo una mueca en su cara- Dan no me ha contado mucho.
Ryan rasco su nuca, ni él mismo tuvo el tiempo suficiente para contarle a la persona que lo ayudaba todo de él.
El castaño se relajo y hundió su cabeza sobre la almohada, tomo un poco de aire y exhaló. Trato de contarle lo acontecido tomándose su tiempo.
