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-¿Jinnie?-Namjoon giro el rostro hacia el asiento de la ventana, en donde su omega dormía. O fingía hacerlo porque, por su respiración, era evidente que lo estaba ignorando.-¿Bebé?

Jin giro el rostro hacia la ventana y abrazo con más fuerza el peluche de una alpaca que Nam había conseguido para él en su primera cita.

-¡Estoy durmiendo, Kim Namjoon!

Nam soltó un suspiró.

-Aprendí la lección.

-¡Shhh!-Jin abrió uno de sus hermosos ojos y le hizo la señal de silencio con el dedo. -Interrumpes mi sueño de belleza.

-No lo necesitas, incluso desvelado eres precioso.

-¿Sólo eso?

-Atractivo y deslumbrante.

-¿Y...?

Namjoon no pudo evitar reírse.

-¿Mundialmente Hermoso?

Jin aplaudió.

-¡Ya vamos aprendiendo!

Namjoon tomó la mano de su omega y depositó un beso en ella. No le gustaba que su bebé estuviera molesto con él. Menos por una cosa sin importancia como lo que ocasionó que discutieran.

-¿Estoy perdonado?

-Es que tú tienes la culpa, Namie.

-Aquí vamos de nuevo...

-¡Si, aquí vamos de nuevo! Hasta que aprendas que algunas cosas que dices y tus actitudes son ofensivas para ciertas personas.

-Nunca a sido mi intención ofender a nadie.

-Lo sé.-Jin suspiró. -Pero muchas personas no lo saben. Yo te comprendo, pero si vas a ciertos lugares y haces comparaciones desagradables, a las personas no les gustara y quedaras como un prepotente. ¡Cómo en el restaurante!

-Solo mencioné que había un restaurante italiano al que quiero llevarte, la pasta que sirven tiene cinco estrellas, no como esa cosa salada y chiclosa que querías comer y, que por cierto, nos cobraron un precio ridículo para un lugar tan decadente.

Jin se dio una palmada en el rostro.

-¡Pero lo dijiste enfrente del dueño del restaurante!

-Necesitaba un crítica constructiva.

Jin se dio otra palmada y Namjoon se estiró para sujetarle las manos.

-Bebe, te dejaras la frente roja, detente.

-Me vuelvo más guapo así, ¡¿que no ves?! -Prácticamente le gruñó.

El alfa se encogió en su asiento.

-Perdón.-Nam parecía un cachorro regañado.-Sólo para dejar las cosas en claro, ¿también enojaste por lo del restaurante y el auto? No, espera... ¿Tu regaño incluye lo de tu trabajo?

Ah, si.

Un pequeñísimo detalle que Jin olvidó mencionar es que Nam adoraba meterse en cada aspecto de su vida. Empezando con que le había regalado un auto. Fue para su cumpleaños, no hace mucho. Después de llevarlo a cenar, Nam le puso una venda en los ojos y cuando llegaron al lugar en donde tenía preparada la sorpresa, encontraron un auto último modelo azul con un listón de regalo.

Nam presionó la llave y las luces del auto parpadearon.

-¡Feliz cumpleaños!-Jin rodó los ojos.-¿No te gusta? ¿Es por el color? ¿O quizás quieras escoger tú mismo el modelo?... ¿A donde vas? ¡Jinnie!

Hermoso, Coqueto y Vanidoso•||(Vhope)Trilogía Herederos KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora