Invencible

Noa

Desde pequeño siempre he tenido presente las habilidades que poseía... A diferencia de cualquier otro niño, tenía la sensación de que mis pensamientos, por tontos que fueran, solían advertirme de lo que me pudiera pasar y por esa razón, siempre me parecían una simple casualidad... Pero, conforme fui creciendo, también fui aprendiendo más sobre mis propias habilidades. Y sobre lo agotador que era para mí utilizarlas... Más nunca me atreví a intentar más de lo que conocía... Hasta que un día... Entendí que no era el único...

Aquella tarde después de clases, al ver a Thomas sosteniendo esa gran rama entendí que ambos poseíamos un gran poder el cuál estábamos por descubrir...

Actualidad. Casa de Noa.

— ¿Mamá?, ¿Papá?— Decía mientras entraba a la casa...— ¿Ya están aquí?

—¡¿Qué sucede Noa?!— Gritaba mi padre desde el patio trasero.
—¿Dónde está mamá? Necesito hablar con ustedes dos... —Me acerque a la puerta, mientras mi papá se ocupaba de la pata de una de las sillas de la casa.
—Pues, dijo que iría al mercado a comprar lo de la cena, ¿Qué es tan urgente?— Giró atento hacia mi, mientras colocaba el pegamento en la silla.
—Pa... Necesito que me contestes con sinceridad... Porqué de verdad quiero entender que es lo que me pasa.
—¡Oh! Vaya... ¿Quieres que tengamos esa charla ahora? Es bastante incómodo porque... Pues... Cuando un chico y una chica...
—¡¿QUÉ?!— Grité— ¡NO! No es nada de eso... Por dios...
—Uff... Q-Que alivió... — Decía mi padre mientras limpiaba el sudor de su rostro.
— Pa... ¿Puedes hablarme de tu pasado?— Me senté junto a él mirándolo fijamente.
— ¿Mi pasado? — Colocó la silla en el suelo y su mirada se desvío un poco hacia el mismo.
— S-Sí... De verdad necesito saber... Si tú y mamá, fueron parte de un horrible... experimento.
— ¿Experimento?— De pronto mi padre se levantó, lanzando la silla a un lado, me tomo del brazo y corrimos de inmediato al interior de la casa...
—¡¿QUÉ SUCEDE?! ¡PAPÁ! — Decía mientras mi papá me llevaba al cuarto de mis abuelos.
—Noa...— Se detuvo— Necesito que no hables... Y que a partir de ahora todo lo que necesites decirme lo hagas con tu mente...
—¿Mi mente?— Colocó su mano en mi boca y comencé a escuchar la voz de mi padre en mi cabeza sin mover sus labios.
— Te explicaré todo, pero por ahora necesito ir por tu madre al mercado... Si,  sabes lo que creo que sabes, entonces, necesito hacer esto rápido, quédate aquí dentro y no salgas por ningún motivo.— Cerró la puerta y se fue de inmediato.

No estaba seguro de lo que pasaba, pero algo malo estaba por suceder...

La habitación de mis abuelos era extraña, parecía que cada cosa que había en su habitación contenía un recuerdo de alguna experiencia brillante... En el peinador de la abuela había muchas artesanías muy hermosas, junto a él en uno de los buros, varias fotos y algunos collares, pulseras y aretes que mi abuela conservaba. De todas las cosas que habían sobre el buró, la que más me llamo la atención fue un pequeño cofre tapizado de lindas estrellas... Lo vi por un rato, cerré mis ojos y al abrirlos algo especial había pasado dentro de la habitación... Perecía que los recuerdos que conservaba ese pequeño cofre habían salido por un momento a jugar en la habitación, cinco diferentes entes, con un color distinto en cada uno de ellos... Cada uno poseía una forma, y me daban la sensación de que ya los había visto... Uno de los cinco se colocó frente a mi, miró hacia mis ojos directamente... Y sin darme cuenta, extrañas imágenes habían llegado a mi mente... De pronto, entendía todo lo quería saber, todo lo que había ocurrido, y todo lo que estaba por suceder... Aquel ente se había desvanecido juntos con los demás mientras volvían al cofre, la habitación había vuelto a ser la de antes, y escuchaba como mis padres entraban a la habitación...

—Noa, somos nosotros, tus padres, ¿puedes sentirnos?—Resonaba la voz de mi padre en mi mente.

Sin hacer esfuerzo solo dije que sí, sin si quiera saber si lo había conseguido. Mi padre me dio respuesta y entendí que lo había conseguido. Ambos estábamos conectados mentalmente.