𝔐𝔞𝔰𝔞𝔧𝔢

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Mario recién llegaba del estudio, tenía un cansancio inimaginable. Había pasado al rededor de 4 o 5 horas trabajando en el nuevo material que saldría el próximo mes. Sólo esperaba llegar a su apartamento, el cual compartía con su novia, y que ella le diera uno de sus estimulantes masajes.

Vaneloppe era fisioterapeuta del equipo nacional, por lo cual trabajaba todo tipo de lesiones... Aparte de dar buenos masajes. Sabía en qué lugares hacer presión y eso le ayudaba en los días de mucho estrés, como hoy.

Al llegar a la puerta de su apartamento colocó la llave en la cerradura y entró en este. Vaneloppe estaba sentada en el sillón de la sala, mirando su serie favorita en Netflix mientras comía tacos. Se dio cuenta de la presencia de su novio cuando este cerró la puerta.

-¡Vida!- dejó los tacos en la mesa de la sala y corrió para abrasarlo. Envolvió sus brazos en su cuello y masajeó su cuero cabelludo mientras lo abrazaba, cosa que relajó un poco a Mario. -¿Como te fue?.-Preguntó con una sonrisa en sus labios al separarse del abrazo.

-Puedo decir que bien.- la chica se puso de puntillas para alcanzar sus labios y unirlos en un tierno beso. - ¿Y a ti? ¿Trataste a muchos futbolistas guapos, altos y fuertes?.-Dijo en broma mientras dejaba sus cosas en la mesa de la entrada.

- Ya vas a empezar con eso.- hizo un puchero y contestó tranquilamente. - No en realidad. Sólo revisé lesiones anteriores y su avance.-

Caminó de regreso a su lugar en el sillón y tomó el plato entre sus manos. -¡Traje tus tacos favoritos! ¡Están en el microondas!- gritó desde la sala.

Al entrar en la cocina revisó el microondas y su estómago gruñó del hambre hambre. Tomó el plato y los preparó a su gusto. Se sirvió un poco de té helado y caminó a la sala para acompañar a su novia y seguir con la serie.

Al dar por terminada la cena y 3 capítulos de la serie se dirigieron ambos a la cocina para lavar los platos y vasos. Mientras Mario enjabonaba y enjuagaba, Vaneloppe secaba y guardaba. Cuando terminaron Vaneloppe abrazó al chico por la espalda y lo sintió más tenso que de costumbre. Frunció el ceño y se colocó delante de su novio.

-¿Porqué no le pediste que te hiciera un masaje? Estás muy tenso, vida.- exclamó mientras tomaba la mano del mayor y se dirigía a la habitación que compartían. -Quitate la camisa y acuestate.

Dijo ella mientras se dirigía a su lado del armario y sacaba una de sus cremas especiales para los masajes de Mario. Este último acató rápidamente las indicaciones de su novia y se quitó la camisa para acomodarse en la cama y dejar su cabeza entre las almohadas. Derrepente sintió como su novia subía a la cama y colocaba las piernas a cada lado de sus caderas, dio un pequeño brinco al sentir las frías manos de su novia en sus hombros y relajar la tensión que existía en estos. Se entretuvo un rato ahí para después bajar por su espalda aplicando presión y relajando el cuerpo de su novio. Para este momento ya no existía tensión alguna en la espalda y cuello del mayor, pero con las sieves caricias que le estaba dando su novia se le formó una erección que no era fácil de ocultar. Cada que ella hacía presión en su espalda baja sentía como una corriente se dirigía a su erección y hacía que soltara un jadeo, los cuales trataba de ocultar mordiendo una almohada.

-Date vuelta.- para este punto tenía algo de vergüenza con que su novia lo viera así de caliente. Cómo le iba a explicar que se puso cachondo con uno de sus masajes.

Dio la vuelta con los ojos cerrados y un sonrojo en las mejillas, por lo pronto ella no había dicho nada, aunque tampoco lo tocaba. Cuando se sentó encima de la erección del chico reprimió un gemido de sorpresa y se sonrojó al igual que él por los pensamientos obsenos que estaban pasando por su mente.

-¿Mario?- se atrevió a decir mientras colocaba sus manos en los pectorales de él.

-¿S-sí?- explamó entrecortado puesto a que la chica movió un poco las caderas, generando una pequeña fricción en sus partes.

-¿Quieres que te ayude con esto?- dijo colocando su mano sober la erección del chico, arrebatandole un ruidoso jadeo de los labios.

-Porfavor, porfavor Vaneloppe.- volteó la mutates los labios entreabiertos de su novia. Provicatibamente greenies.

-Con una regla.- dijo acercando su rostro al del chico y rozando sus labios.

-La que sea, pero ayúdame. Porfavor.- su voz tenía un tono suplicante al momento de hacer tan necesitada peticion.

-Bien.- sonrió con malisia y comenzó a mover las caderas sobre él. Este último llevó sus manos a las caderas de la chica, para apresurar los movimientos.- No no cariño.- acercó su cara a la suya mientras quitaba las manos de su cuerpo.- La regla es no tocarme.-

Se le hizo todavía más excitante el hecho de que ella tomara las riendas esta vez, ya que normalmente las lleva él. Pero le gustaba esta faceta de ella, le encantaba a decir verdad.

La chica quitó su camiseta (la cual en realidad era de él pero la usaba en casa para estar cómoda.) Y quedó sólo el bragas, no sabía como es que no se había percatado de que ella no llevaba sujetador. Desabrochó el botón de los jeans que llevaba puesto y al mismo tiempo en que bajaba este bajó su ropa interior, dejando libre su erección. Al quitar por completo las últimas prendas del chico y sus bragas tomó su erección entre sus manos y la llevó a su boca, sin ningún tipo de pudor la llevaba hasta su garganta a pesar de las arcadas. De vez en cuando la sacaba y simplemente lo masturbaba, observando fijamente los ojos del chico. Se le hacía de lo más exitante tener un poco de dominación en estos momentos, aunque nunca dejaría de lado los encuentros donde su novio mandaba.

Cuando sintió el sabor de su líquido pre-seminal en la lengua se separó de él, dejándolo con el ceño fruncido. Justo antes de que pudiera protestar volvió a subirse en él y bajó de manera brusca en su erección, quedándose quieta por unos cuantos segundos, disfrutando el grosor de este en su interior. Él simplemente pensaba en que podría correrse con un simple mivimiento

y estubo a nada de comprobarlo cuando Vaneloppe empezó a dar pequeños saltos en su erección. Quiso tocarla en cuanto vio como sus curvas se movían, así que llevó sus manos al culo de su chica. Las cuales fueron retiradas de este en pocos segundos por ella misma.

-Dijimos que nada de tocar, Bautista- exclamó con un deje de diversión en su voz mientras colocaba las manos del mayor sobre su cabeza.-Que esta noche mando yo.-

Sonrió con egocentrismo mientras aumentaba el movimiento de sus caderas logrando que sus pieles chocasen de manera ruidosa. Sus cuerpos comenzaban a sudar y sus corazones a palpitar de manera rápida.

Vaneloppe sonrió al notar las expresiones en la cara de Mario, quien la volteó a mirar con súplica en sus ojos, demostrando las ganas que tenía de tocarla.

-Porfavor, porfavor. Déjame tocarte, lo necesito Vaneloppe.- la única respuesta que recibió fue que las manos de su chica soltaron las suyas, y rápidamente llevó estas a su culo. Apretándolo.

Sintió perfectamente cuando las paredes de la menor apretaron su erección y disminuía sus movimientos. Así que tomó sus caderas para ayudarla a impulsarse con mayor facilidad. Antes de llegar al tan ansiado orgasmo unieron sus labios en un beso necesitado, callando sus sonoros gemidos. Se quedaron en la misma posición por unos minutos, mientras sus respiraciones volvían a la normalidad.

-Sinceramente, me encantó que tú dominaras.- se rió y contagió el mismo sentimiento a la menor. Para finalmente quedarse dormidos abrazados.

Sólo tengo unas cuantas cosas que decir. Ser madre no es fácil, créanme que no, mi tiempo libre de vacaciones bajó a un 10% desde el momento en que me convertí en mamá y este se verá reducido en un 100% para dentro de 2 semanas, que es cuando entro a la universidad denuevo. Trataré de mantener cierta continuidad en esto, pero si Winter (mi hija) no me da tiempo libre, no podré subirles nada. Espero entiendan :3

𝑺𝒎𝒖𝒕 𝑪𝒉𝒂𝒍𝒍𝒆𝒏𝒈𝒆 {𝙼𝚊𝚛𝚒𝚘 𝙱𝚊𝚞𝚝𝚒𝚜𝚝𝚊}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora