𝔈𝔫 𝔢𝔩 𝔄𝔲𝔱𝔬

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Sintió la mano de su novio apretar algo brusco su pierna mientras manejaba, habían salido de la ciudad para una breve cita romántica, la cual fue arruinada por completo gracias a la fuerte lluvia que empezaba a caer. Ambos estaban frustrados porque últimamente no tenían tiempo para el otro debido a sus trabajos. Las grabaciones de nuevos temas del álbum del pelinegro y las sesiones que ella tenía con sus pacientes que duraban hasta tarde.

La mano del pelinegro comenzó a subir y bajar en la pierna de ella, entrando debajo de la falda que había decidido usar para esta cita. Soltó un breve jadeo al sentir que movía a un lado sus bragas y movía lentamente sus dedos sobre sus mojados pliegues.

-Déjame compensarte todo el tiempo en que no he tocado bien tu cuerpo, nena.- exclamó el pelinegro mientras estimulaba lenta y tortuosamente el clitoris de la castaña.

Comenzó a tentar la entrada con dos de sus dedos antes de ingresarlos violentamente, robándole la respiración por un momento. Podía sentir perfectamente como esos largos dedos se torcían, doblaban y abrían en su interior mientras ella simplemente tomaba su brazo con fuerza y se deshacía lentamente en el asiento del copiloto, su labio inferior entre sus dientes había comenzado a doler de tal manera que en cualquier momento sangraría si no lo soltaba. Tragó en seco cuando un dedo más entró a su interior, estirando su entrada de manera dolorosa y placentera.

-A pesar de que ya hemos hecho esto miles de veces, tantas que son difíciles de contar, sigues tan estrecha como cuando todo comenzó, cariño.- La mano con la que tenía el volante estaba apretando con tanta fuerza este último que las venas resaltaban a lo largo de todo su brazo.

-Porfavor, porfavor señor.- gimoteó como pudo la castaña mientras se deshacía, casi literalmente, alrededor de los dedos de su novio.

-¿Porfavor qué, mi cielo? No sé qué es lo que me estás pidiendo. - habló con una sonrisa cruzando se por su cara al oír la necesidad en la voz de su chica.

-Porfavor, cogeme. Porfavor hazlo.- dijo como pudo al sentir su orgasmo acercarse cada vez más.

-¿Quieres mi polla dentro tuyo como la zorra que eres? ¿Quieres sentir cómo te uso como una muñequita para follar? ¿Quieres sentir como uso tu cuerpo para darme placer llevándolo hasta sus límites? ¿Eso es lo que quieres?.- Movió sus dedos más rápido dentro de ella mientras sentía como sus paredes lo apretaba tan jodidamente bien.

-¡Sí! ¡Sí, si es lo que quiero! Porfavor...- lloriqueó la chica mientras movía sus caderas contra los dedos del pelinegro, el cual sonrió con la lujuria en su mirada.

-Eres toda una perra sedienta por la polla de su señor, ¿no es así?. -dijo con pena falsa en su tono mientras sacaba los dedos del interior de su novia y los llevaba a su boca, sintiendo su exquisito sabor.

Se hizo a un lado de la carretera bajo la fuerte lluvia y cuando por fín estubieron en un lugar relativamente fuera de la vista de cualquiera que pasara la tomó de la cintura, subiéndola a su regazo y besando salvajemente sus labios. Una de sus manos se adentró en el top blanco que llevaba la chica para deleitarse con sus pechos, subió la prenda hasta su boca y la obligó a tenerla entre sus dientes mientras trabajaba en sus pechos, dejando marcas rojas que con el tiempo se volverían moradas, bajó una de sus manos a los pliegues de la chica, jugando un poco con sus fluidos y provocando su entrada con los dedos. Pasó su lengua por uno de los pezones de la chica arrancandole un gemido ahogado por la prenda entre sus labios, subió su lengua por su clavícula hasta llegar a su cuello, quitándole la prenda de la boca se hizo espacio entre su cuello y su hombro para dejar besos mojados en la sensible piel de la chica.

Un suave suspiro abandonó los labios del pelinegro al sentir como las caderas de la chica hacían presión sobre su erección, torturandolo un poco. Bruscamente subió su mano al cuello de la chica frente a él y dejó que sus dedos se envolvieran alrededor de este, pretando levemente para asfixiarla un poco.

-No necesito tentaciones como esta ahora, cariño. - sonrió amargamente mientras apretaba un poco más el cuello de su acompañante.

La sintió tragar en seco seco y su pulso acelerarse por la exitacion corriendo por sus venas. Se deshizo violentamente de su pantalón y al no tener la paciencia suficiente como para quitar normalmente las bragas de su chica las rompió como si de papel se tratase, arrancandole un sonoro gemido ahogado en su garganta debido a la mano alrededor de esta. Entró en ella sin preparación alguna, no era necesaria, estaba tan mojada que soltó un gemido al sentir su pelvis chocar contra ella bruscamente. Envolvió su brazo libre alrededor de la cintura de ella para mantenerla estática en su lugar sin soltar el agarre en su cuello. Solo los gemidos y jadeos de ambos se echaban dentro del auto, aparte del chocar de pieles que hacia el ambiente un poco más grotesco y erótico para ambos. Las paredes de la chica estaban ya algo estimuladas por lo que rápidamente llegó a un primer orgasmo soltando un gemido que fue callado por los labios del pelinegro sobre los suyos, al separarse del beso se acercó a su oído y susurró.

-Sí, tu cuerpo es una bendicion, nena. - para finalmente acabar dentro de ella, tanto tiempo había pasado desde la última vez que su corrida fue demaciado para el cuerpo de la chica y terminó callendo un poco sobre su abdomen.

¿𝑌𝑎 𝑣𝑖𝑒𝑟𝑜𝑛 ❸❻❺, 𝑝𝑒𝑐𝑎𝑑𝑜𝑟𝑎𝑠? 𝑆𝑖 𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜... ¿𝑄𝑢𝑒́ 𝑟𝑎𝑦𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑡𝑎́𝑠 𝒉𝑎𝑐𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑡𝑢 𝑐𝑢𝑎𝑟𝑒𝑛𝑡𝑒𝑛𝑎?

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2020 ⏰

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𝑺𝒎𝒖𝒕 𝑪𝒉𝒂𝒍𝒍𝒆𝒏𝒈𝒆 {𝙼𝚊𝚛𝚒𝚘 𝙱𝚊𝚞𝚝𝚒𝚜𝚝𝚊}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora