Encuentros predestinados

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—¡Te dije que íbamos a ganar! —repitió Yongsun por enésima vez.

Irene puso los ojos en blanco, pero se la notaba muy feliz. No habían podido ver las caras de las Mamamoo cuando habían contado los votos, porque estaban demasiado lejos, pero las chicas que tenían cerca les dijeron que habían votado por ellas, que eran grandes fans, y que ojalá hicieran ellas alguna quedada así para que pudieran conocerlas más y escucharlas cantar en directo. Les había parecido una idea genial y estaban hablando de cómo podrían hacerla cuando Moonbyul se había subido al escenario, seguida de sus compañeras, y había anunciado sus nombres. Muchas personas les habían aplaudido, entre ellas Wheein y Hwasa, aunque la líder del grupo parecía un poco desconcertada. ¿No creía que se lo merecieran?

De todas maneras, se habían ido a sentar a primera fila, y disfrutaron desde allí del fanmeeting. Yongsun e Irene participaron todo lo que pudieron en los diversos juegos, y se ganaron una piruleta cada una por responder bien a las preguntas que les lanzaron. Escucharon atentamente cada una de las palabras de las tres chicas. Todas eran muy divertidas, y se notaba a simple vista que estaban muy unidas, aunque Moonbyul parecía estar un poco distraída. ¿Qué le pasaría?

Más rápido de lo que Yongsun o Irene habrían deseado, llegó la hora del fanmeeting propiamente dicho. Por haber ganado el concurso, irían las primeras, y luego tendrían que esperar para que les dieran los regalos. A su amiga parecía que se le iba a subir el corazón a la boca de la emoción, así que la dejó ir antes mientras ella esperaba. Se dedicó a mirar los ojos brillantes de Irene mientras le estrechaba la mano a Moonbyul y le confesaba que era gracias a ella que le había empezado a gustar rapear. La líder de las Mamamoo le sonrió con mucha dulzura mientras se lo agradecía, y aceptó la carta y el collar con estrellas que su amiga le dio.

Después de firmarle el álbum, Irene pasó a Wheein, fue su turno.

—Has cantado genial.

Aquello fue lo primero que le dijo Moonbyul en cuanto hubieron intercambiado saludos. Retuvo la mano de Yongsun unos segundos más de lo normal cuando se la estrechó.

—¡Muchas gracias! —respondió Yongsun, pasándole el álbum con la página abierta que quería que le firmara—. Habéis sido una gran inspiración para nosotras, gracias por darnos la oportunidad de cantar hoy.

—Creo que todas estas chicas habrían estado contentas de haberos escuchado cantar a vosotras en lugar de a nosotras —bromeó Moonbyul mientras firmaba.

—¡Eso no es verdad!

Como siempre que se ponía nerviosa, se acarició la marca en el cuello. Quizás era una tontería, pero pensar que su alma gemela estaba en el mundo y que cuidaba de ella a través de ese tatuaje la calmaba al instante. Moonbyul siguió el movimiento de sus dedos con ojos cautelosos.

—Tu marca es muy bonita.

—¿A que sí? —Le sonrió con orgullo, y volvió a acariciar las flores lavanda de su cuello—. Las rosas de este color simbolizan el amor a primera vista. Creo que son tan bonitas porque la relación con mi alma gemela irá genial desde el principio, ¡aunque aún no sé quién es!

Aquello pareció encenderle la bombilla a Moonbyul, que movió la mano casi imperceptiblemente hacia el cuello de Yongsun, pero se paró enseguida. ¡Qué raro!

—Sea quien sea tu alma gemela, tiene mucha suerte. Eres simpática y muy bonita, y cantas como un ángel.

Yongsun se sintió enrojecer. Si bien todo aquel intercambio de palabras era un poco íntimo para estar diciéndoselo a una idol, le parecía que, de alguna manera, todo era como debía ser. Se inclinó un poquito más hacia Moonbyul, preparada para volver a darle las gracias, cuando alguien la agarró por el brazo de repente.

Se sobresaltó, pero solo era Irene, mirándola con diversión.

—No acapares a Moonbyul, egoísta, que las demás también quieren hablar con ella.

—¿No quieres hablar conmigo, Solar? —preguntó Wheein, haciendo un mohín triste.

—¡Claro que sí!

Le dedicó una última mirada a Moonbyul y le dijo adiós rápidamente. Sea cual fuera lo que la había hechizado, ya se había deshecho, y se centró en Wheein y en Hwasa con renovada energía y alegría, encantada de conocerlas a ambas. Esta última la hizo sonrojarse de nuevo, aludiendo a su comentario cuando estaba sentada en la última fila, pero le siguió el juego. Se sentía extrañamente revigorizada y de muy buen humor, aunque una parte muy profunda de ella sentía que le faltaba algo. ¿El qué?

Esperaron hasta el final del fanmeeting muy tranquilas, sentadas en primera fila y observando las reacciones de las tres chicas ante los diferentes regalos o lo que les decían las fans. Parecía el mejor día de la vida de Irene, que, aunque normalmente no era tan habladora, no dejaba de comentar con ella lo feliz que estaba y se pellizcaba la mejilla, pensando en si aquello era real.

La estaba riñendo por dejarse la mejilla roja cuando las llamaron para darles los regalos. Eran muchísimos, ¡menos mal que también les dieron bolsas para cargarlos! Las dos versiones del álbum que les faltaban, un montón de pósters y photocards, y la lista seguía... Hwasa y Wheein tuvieron que darle un golpecito a Moonbyul para que se moviera y salieran de allí, porque seguía mirando a Yongsun como si fuera un fantasma. Qué chica más extraña.

—Yongsun, hay un post-it dentro del álbum. ¡Tiene unos números!

—¡Ah, sí! Es el número de un cliente, ¿no? —Irene se encogió de hombros, evidentemente, porque no tenía ni idea, pero Yongsun estaba bastante convencida—. Lo apunté ayer y lo pegué ahí para acordarme de llamarlo hoy —Cogió la notita que su amiga le tendía y la arrugó antes de tirarla a una papelera cercana—. Bueno, ¿dónde comemos?

Destiny [MOONSUN]Where stories live. Discover now