Capitulo.6☘️

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Dazai suspiró pesado y se dirigió a donde estaba Chuya, pero algo le sorprendió: el pequeño Nakahara estaba ahí; junto con Oda parecían jugar, mientras el pelinaranja mayor les observaba

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Dazai suspiró pesado y se dirigió a donde estaba Chuya, pero algo le sorprendió: el pequeño Nakahara estaba ahí; junto con Oda parecían jugar, mientras el pelinaranja mayor les observaba. Dazai se alejó y salió. No le importó si alguien del lugar le miraba; después de todo se inventaría cualquier cosa.

El pequeño Nakahara notó como este se marchaba; eso le extrañó por lo que se disponía a ir con él, pero su versión le detuvo y le negó que fuera. El pequeño iba a decir algún reproche, pero notó como Oda se alejaba para ir tras el castaño.

—¿Porque yo no puedo ir?—hizo un puchero.

—Ellos tienen que hablar de algo a solas.

—Pero Osamu se ve triste. Es muy diferente al Osamu que yo conozco.

—¿Diferente?

—El Osamu de aquí es sonriente, divertido, arrogante y siempre me molesta, pero nunca se muestra triste a menos de que esté en su casa.

—Espera... ¿Acaso te gusta?

El pequeño lo miró sorprendido y, con sus ojitos con ganas de llorar, agachó la cabeza para después comenzar a temblar levemente. Chuya estaba algo shockeado.

—¿Es malo?

—Bueno, esto es incómodo... Después de todo eres mi yo pequeño... Y bueno, a mí no me gusta ese bastar... No me gusta Dazai.

—Entonces si es...

—No lo es —apresuro a decir a lo que el pequeño lo miro—, si te gusta está bien, nadie debe de decirte que no puedes sentir nada por él, después de todo, es lo que tú sientes, ¿estas cansado de fingir odiarlo verdad? —le abrazo frotando su cabeza.

—Sí... pero lo hago por el bien de mi aula; Mori-San me lo enseñó y es lo que haré. Protegerla cueste lo que cueste; no importa que deje de lado lo que yo siento.

—No es necesario, por lo que soy capaz de ver, todos pueden protegerse entre sí, así que puedes estar tranquilo.

—¿Si no cuido de ellos no les pasará nada? —le observó aún con lagrimas en sus ojos...

—Tenlo por seguro; tu familia te ayudará si estás en problemas, o si sus nuevos amigos la necesitan; además, creo que Mori-san se refería a que cuides a tu manera a tu aula, sin dejar que tus emociones te nublen el juicio, pero sin olvidar quién eres.

—¿Enserio?

—Sí, ¿por qué no intentas que todos se lleven bien y así no tendrás que vigilarlos?

—Estas diciendo que... ¿unamos nuestra aula?

—No estaría mal.

El pequeño Nakahara sonrió emocionado y se dirigió al estante. Tomó varias hojas y crayones para después ir con todos los demás y empezarles a contar la fantástica idea. Chuya por su parte sonrió por la actitud de su yo pequeño y miró la puerta; al lado de esta estaba el pequeño castaño. Sin más se acercó a él.

—¿No deberías ir a la pequeña junta que están teniendo?

—Ya sé que es lo que dirá ese tonto; estaré de acuerdo con él de todos modos. Desvió nuevamente su mirada al libro que tenía en sus manos.

—¿Si es así por qué le fastidias?

—¿No es obvio? Le corresponde, —le dio la espalda al mayor; al parecer se había avergonzado.

—Ya veo, —dijo divertido—, estás en eso que dicen la edad de molestar a quien te gusta.

—A diferencia de él, yo sí soy capaz de estar con él y ocultar lo que siento...

El pequeño observó a toda el aula y después observó a su versión adulta y a su amigo que se acercaba a él. Parecía nervioso, y Chuya revolvió sus cabellos.

—Tranquilo, él no le dirá nada sobre su versión mayor, al menos nada que le preocupe ni te lo quitará; no te preocupes por Sakunosuke.

—No es él quien me preocupa —dice triste—, si no Dazai... Tiene la misma expresión que yo cuando mi padre murió... Se siente solo y quiere evitar a toda costa estar con quien le trae recuerdos de lo que le sucedió...

Guarderia Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora