Capitulo.2☘️

4.1K 535 282
                                    

Cuando observo de quién se trataba, era Dazai, quien estaba colgando una soga en aquel árbol y se resbalo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando observo de quién se trataba, era Dazai, quien estaba colgando una soga en aquel árbol y se resbalo. Chuya sobó su espalda y cabeza; se aseguró de que el pequeño bebe no estuviera lastimado, que para su suerte estaba bien, así que miró demasiado enojado a Dazai.

—Oye, maldita momia, ¿qué te pasa?

—¿Con esa boca le hablas a tu madre? —alzó una ceja mientras aún estaba arriba de él.

—A ti que te importa, bajate de mí —lo empujo hacia un lado.

—No le enseñes esas cosas a Atsushi-kun, lo traumarás.

—¡¿Ah?! Tú eres el que lo traumará.

—Atsushi me quiere, yo soy el encargado de cuidarle —toma en brazos al pequeño.

—¿Y que hacías arriba del árbol?

—Tomaba una siesta.

—Aja —le observa mientras devia por un momento la mirada a la soga que aún estaba en la rama, suspiro y toma el pequeño libro— eres un tonto.

—Aww, yo también te quiero, Chuya.

—¡Yo te odio; abandonaste el aula Chisai Mafia por culpa de Ango y Sakunosuke!

—En realidad fue mi madre quien me cambió de aula, así que reclámale a ella, o cierto, está de viaje.

—Eres un...

Chuya no pudo terminar, ya que Dazai se dio unos pasos hacia atrás. Chuya le miró extrañado, dijo su vista a donde la del castaño se dirigía y pudo observar a Akutagawa mirando a Dazai insistentemente; de alguna manera había llegado a donde ellos estaban. Alzó una ceja y lo tomó en brazos, y ambos niños pudieron notar cómo ambos bebés se miraban a muerte.

—Deberíamos.....

—Hacer una tregua —completo Dazai

—Creo que esta discusión también les está dañando a ellos.

—¿Qué te hace pensar eso? ¿Los dos bebés apuntan a matarse y que, aunque los movamos, ellos no dejen de verse?

—Eso, y porque, la última vez, a Nakajima le faltaba un mechon de cabello.

Observaron a los bebés detenidamente y suspiraron, para después acomodar a los niños de una forma donde no se vieran y los mayores se dieron la mano; eso marcaba un ciclo bueno para todos mientras nadie rompiera la regla de cambiar de bando, excepto a Dazai, Sakunosuke y Ango; esos ya tenían pena de muerte en el arenero.

Todos pronto comenzaron a comunicar el mensaje y empezaron a convivir unos con otros, comiendo dulces, jugando a policías y ladrones, leyendo. Por su parte, los cuidadores estaban más que felices; ahora podían usar uno de los salones como almacén. El señor Natsume había traído muchas cosas de sabe qué lugar; traía un monitor con un ratón de dibujo en la pantalla, una libreta que decía ideales, un sombrero, un broche de mariposa, una boina de detective y un mapache de peluche. El señor Natsume era un extraño en ocasiones.

Los niños por su parte jugaban sin mayor problema, o eso pensaban hasta que Mori notó como Higuchi acorralaba al pequeño bebé Atsushi y la niña le apuntaba con una pistola de agua. El bebé parecía a punto de llorar, por lo que Mori corrió a su arruga, escuchando lo que la niña decía.

—Llegó tu hora, Jinko

—Higuchi-chan, no lo hagas —dijo Mori quitándole la pistola—; si se moja lo enfermará.

—Pero él molestó a Akutagawa-senpai.

—¿Akutagawa? Pero sí, él está leyendo un libro con Fukuzawa-dono y Chuya-kun.

Higuchi miró y era cierto, el bebé estaba en el regazo del mayor, quien les mostraba un libro de dibujos sobre dragones. La niña suspiró y dejó de mala gana a Atsushi con Mori, quien solo le tomó en brazos tratando de calmar al bebé por el susto. Ella solo siguió jugando con Tachihara. Dazai miraba todo aburrido; se dejó caer dentro de una caja y cerró su ojo, puesto que tenía una venda en este, puesto que le había salido un orzuelo el día anterior.

—Dazai, te dejaré un momento a Atsushi.

—¿Por qué a mí?

—Eres el más cercano y el líder de su salón.

—Bien, solo porque es el

Mori le entregó el bebe ya calmado a Dazai, puesto que ahora tenía que ir a detener una pelea con Tachihara y Higuchi y parecía que iban a llorar en cualquier momento...

—Atsushi-kun, has algo divertido... —el pequeño solo lo miraba—. Cierto, aún eres un bebé... Aunque pronto cumplas 3 años, por lo que empezaras a hablar más... Akutagawa ya habla pero... no hay diferencia.

Dazai sintió como jalaban la caja. Atsushi lo hacía. Quería entrar. Dazai lo alzó y sonrió leve. El pequeño tocaba el vendaje de Dazai. Este se quejó, le dolía. Tenía que tenerlo una semana a consecuencia del orzuelo. Según él, se había caído de las escaleras y fue un accidente; pero ya lo habían revisado y supieron que era mentira, así que no se preocuparon mucho. Pasó un rato y Dazai se quedó dormido; sintió como algo se acercó y le quitó un peso de enzima. Supuso que alguien le retiró al menor y comenzó a sentir patadas en la caja; conocía esas patadas.

—No soy una pelota. Chuya

—Lo sé, si lo fueras ya te habría mandado a volar, levántate, es hora de la merienda.

—Ya voy —Dazai se intentó levantar, pero algo sucedió. Chuya lo miró y sonrió divertido.

—¿Qué sucede?

—Creo... —volvió a intentarlo, pero tuvo el mismo resultado —que me atóre —dijo rendido.

—Idiota, te ayudo.

Chuya comenzó a jalar hasta que pudo sacarlo, no sin antes burlarse unas cuantas veces de que por la cara del castaño eso ya le había fastidiado. Es que siendo sinceros, ¿por qué te meterías en una caja si sabes que te vas a atorar? La mente de un niño es extraña y más si ese niño es Dazai.

—Gracias, enano —Chuya lo miró de enojado—, sabes que para tu estatura eres fuerte; eso me sorprende demasiado.

Chūya se acercó a Dazai y le colocó la caja en la cara y con un plumón escribió idiota para después irse, no sin antes llevarse a Atsushi. Dazai se quedó ahí parado. Miró a su lado, dándose cuenta de que Akutagawa estaba ahí mirándole.

—¿Y tú qué?

Guarderia Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora