𝟜

165 7 0
                                        

La navidad estaba comenzando. Mi hogar se encontraba lleno de decorativos y esta festividad a ella le hacía feliz.

Terminé de arreglar mi habitación y la vi colgando unas decoraciones en su ventana. Me miró y sonrió.

Ella sabe de mi existencia. 

Se quitó de allí y se sentó frente al espejo. Sus labios fueron pintados de rojo, sus pestañas fueron peinadas y sus ojos delineados. Saldría de ahí.

Unos minutos después, se levantó, cambió su ropa interior y lo remplazó por un vestido negro.

Su cuerpo se veía celestial. ¿Realmente era ella una mujer?

Se miró al espejo; Al parecer su madre o padre le llamó, con prisa se quitó el vestido y se puso su anterior atuendo.

Tan obediente. ¿Eso era malo?

La noche se hacía presente y una delicada chica no paraba de correr por su habitación mientras intentaba colocarse un collar.

Lucía muy feliz. Estaba maquillada, con ese vestido negro corto y zapatos altos.

Perfecta.

El perfume caía sobre su cuerpo como rocío y algo la interrumpió. Un grito.

Asomé mi cabeza por la ventana, un auto con varios chicos y chicas se estacionaba frente a su casa.

❝Verónica❞ .

Escuché gritar a una chica.

Ella se apresuró, miró hacia mí y sonrió.

Se fue.

Su nombre. Ya no era ella, era Verónica.

Me senté en mi cama; por fin sabía su nombre pero no quién era realmente.

Todo Y NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora