Ellos no confiaron en mi, dolió, si, y mucho, pero a partir de hoy verán a la nueva y mejorada versión de Luna Valente, o más bien, de Sol Benson, ya no me dejaré manipular, y si esta nueva versión llegó, fue para quedarse, todos aquellos que me las...
Todo el día nos la habíamos pasado platicando y riendo, cuando llegó Ámbar, se sorprendió, le contamos todo y ella y Sharon se abrazaron, estábamos tan felices, hasta que llegaron, aquellos impostores.
–Llegamos, hija.– me dijo Mónica.
–No tienen derecho de llamarme "hija".– les dije fría.
–¿Qué?– dijo Miguel.
–Ahora.– dije y 4 policías salieron de su escondite y esposaron a los Valente.
–¡¿Qué está pasando?!– gritó Miguel exaltado.
–Son acusados de secuestro hacia la señorita Sol Benson.– habló el oficial.
–¡¿Qué?!–gritó Mónica.– no tienen idea de lo que están hablando.– habló nerviosa.
–Admitilo, Mónica. Ya no tiene caso.– le dijo Sharon.
–Hija.– sollozó.– hija, Luna, por favor, perdóname.– lloraba Mónica.
–Que no me llames hija.– le dije con los ojos rojos, no quería llorar, pero estos ya me picaban.
–Por favor.– comenzaban a llevárselos.– ¡Hija! ¡Luna, mi niña! ¡Por favor!– gritaba Miguel dirigiéndose forzadamente a la patrulla.
Se los llevaron, no los volvería a ver, comencé a llorar, Ámbar me abrazó y Sharon palmadeaba mi hombro.
–Ya, ya, tranquila.– me dijo Ámbar con una sonrisa cálida, lo necesitaba.
Ahora tenía a mi prima y tía conmigo, las necesitaba, esperaba que con ellas pudiera ser feliz.
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