Su rey

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Hey! Aquí MiyuKatz reportándose en sábado (cosa rarísima, por cierto)

Bueno, la verdad es que estoy muy feliz y motivada porque mi fic "Seres de las sombras" ganó esta semana un concurso!!!!! (chéquenlo por si no lo han leído) ;D

PayDulceAmargo quería dedicarte propiamente un capítulo bien.

Ok, ok, ya no quiero meter más cosas, solamente especificar que este capítulo está narrado por Enji (Endeavor, papi o como les guste decirle  jaja)

Espero lo disfruten!

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"La grandeza requiere sacrificios." Me dijo mi padre alguna vez. "Está reservada solo para aquellos con las agallas para pagar el precio."

Recuerdo bien su mirada, clavada en el horizonte de cara a un ejército rebelde. Él se puso al frente de nuestra armada y dio la orden de no avanzar. Me llamó a su lado con una seña mientras los enemigos se acercaban a todo galope.

"¡Apréndelo bien, Enji! Este tiene que ser el destino de todos los que osen enfrentarnos." Aseveró.

Mi padre encendió sus llamas, se puso en posición de ataque y cuando tuvimos a los rebeldes a unos metros de nosotros, lo hizo. Lanzó una potente llamarada que convirtió en cenizas a los infelices que apenas un instante atrás, pretendían matarnos a todos.

El campo entero se llenó de vestigios de ese diabólico poder, de fuego azul que quemaba la yerba y derretía el metal de las armas, pero nadie se detuvo a contemplarlo. La mayoría de nuestros soldados caían de rodillas devolviendo el estómago, sin poder soportar ese hedor a carne chamuscada y a infierno mismo.

Yo también sucumbí al asco, vomité sobre el pasto quemado sintiendo la mirada reprobatoria de mi padre. Tenía apenas ocho años y jamás había visto nada similar.

—¡Levántate! —me ordenó haciéndome poner de pie—. ¡Un rey debe ser implacable al ejercer su poder! ¡Tú también lo tienes, Enji! ¡Hazlo tuyo!

En aquél momento no lo entendí, pero a partir de entonces nada volvería a ser igual. Comencé a escuchar una voz hablándome dentro de mí: "Tu padre sabe de lo que habla." Decía. "Tienes el potencial para terminar de unir el reino y someter a esos ineptos que aún quieren rebelarse."

Sentía esa energía ajena rondando mis pensamientos, particularmente mientras entrenaba con mi padre y nos adentrábamos en los territorios rebeldes.

Los informantes reales aseguraban que nuestros enemigos estaban prácticamente aniquilados, pero mi padre no estaba convencido: No nos marcharíamos hasta asegurarnos que no quedara un solo soldado rebelde.

Él estaba en lo correcto, aún quedaban células de resistencia, pero estaban escondidos. Unos días después ocurrió que un pequeño grupo de guerrilleros, ágiles como sombras, se infiltraron en nuestro campamento y se fueron sobre mis cuidadores. Apenas me despertaron los ruidos, vi una figura encapuchada delante de mí y antes de que pudiera reaccionar me propinó un golpe tan fuerte que me dejó inconsciente.

—¡Buen trabajo, compañeros! —escuché decir mientras volvía en mí—. Pediremos que se larguen de nuestras tierras a cambio de la vida de este mocoso.

—¡Es cuestión de tiempo para que ese monstruo de fuego nos deje en paz! —celebró otro.

Al abrir los ojos me di cuenta de que me tenían inmovilizado, encadenado a unos pesados yunques de hierro. Poco a poco fui distinguiendo el lugar, parecía ser la guarida de los rebeldes.

En cualquier realidad *TodoDeku* AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora