YA NO VOY A VOLVER

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LEILANI CANELA
-Ya es hora de despertar amor- los dulces labios de Juan Pablo rosaron mi cuello

-Sólo unos minutos más- no quería despertar

-Anda, hemos estado tanto tiempo separados que necesito hacer muchas cosas, tenemos que recuperar el tiempo perdido- seguía insistiendo

-Vale, pero primero dame un beso- anhelaba uno de aquellos besos que me hacían revivir

-Leila-

-Leila- volví a escuchar aquella voz pero la ignoré, no interrumpiría este momento por nada

-LEILANI- abrí los ojos de golpe, encontrándome con la cara de diversión de Isaza

-¿Con quién estabas soñando?- preguntó en medio de risas

-NOOO- chillé- le estaba dando un beso a Juan- al decir esto, Isaza explotó en risas

-Lo lamento, pero ya es hora de desayunar. Te espero abajo- al terminar de decir esto salió y cerró la puerta, dejándome completamente sola

Me quedé un rato más tumbada en la cama, pensando nuevamente en qué rayos haría con mi vida ahora. Realmente quería hacer un cambio, y con o sin Juan Pablo lo lograría .
Ya estaba harta de que siempre se aprovecharan de mi y por eso no poder ser feliz

Bajé Y Susana me veía con una gran sonrisa

-Me alegra que hayas bajado, pensamos que no lo harías- sonrió la menor

-Bueno es que realmente tenía hambre, no he comido nada desde México- respondí

La mañana fue amena, los Isaza tenían una personalidad increíble

Más tarde, Isaza se ofreció a mostrarme algunas partes de la ciudad y también llevarme con los Vargas, pues desde que llegué no los había visto y seguramente ellos ya estaban enterados de que me encontraba en Bogotá

JUAN PABLO VILLAMIL

-Juan Pablo, por favor saca la basura- gritó mi papá desde la cocina

Bajé rápido y tome las bolsas para sacarlas, sin antes pensar en lo que ocurriría

En cuanto salí de casa la vi, iba con unos jeans que iban perfecto con su figura, acompañados de una blusa blanca y la chamarra que Martín le regaló el día de su cumpleaños

Se veía perfecta, tan preciosa como cada día de su vida, pero algo de lo que me había dicho ayer era cierto. La felicidad que la caracterizaba ya no estaba presente, su sonrisa ahora era diferente, un tanto falsa a decir verdad

Verla de esa manera me hizo sentir mal por cómo la trate ayer. Isaza tenía razón, ella no tenía totalmente la culpa de lo que había pasado, pero el dolor que sentía, lo traicionado y abatido que me había dejado hería mi orgullo y no me dejaba continuar

Su mirada estaba perdida en el cielo, sabía que miles de pensamientos la estaban inundando en estos momentos, cuando de la nada dio un suspiro enorme, el mismo que me provocó imitar su acción

La amaba, la amaba con locura, como nunca antes lo había hecho, pero mi orgullo era más grande que el mismo sol o la galaxia entera

Me di cuenta que Isaza salió de su casa y se dio cuenta de que me encontraba ahí, observando a Leila. Me hizo señas de que me acercara a hablar con ella, pero me negué. Sin darnos cuenta, Leilani se había dado cuenta de lo que estaba sucediendo

Al ver esto corrí como un cobarde a casa y desde la ventana que daba hacía la calle vi cómo conversaban y ella sólo negaba, hasta que Isaza la tomó por la cintura y tomaron su camino

Causa Perdida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora