❝donde rodrigo hará todo
lo posible para que matias
sea feliz primero que él.❞
♡੭ु adaptación.
↳✧.✲ beibichaeng.
↳✧.✲ todos los derechos
a su respectiva autora.
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. . . .│♡⃕ ˇpareja prin...
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Dos días después llegaron a Argentina. Matias había dejado plantada a la doctora Sofia Maure. Rod por su parte dijo que hablaría con ella respecto a eso, Candia se negó, era él quien debía dar la cara. Ahora ambos iban al encuentro con la doctora.
—¿Cómo te sientes?— preguntó el menor. Iban en el taxi directo a la oficina de la doctora.
—Bien— Rod ganó una mala mirada— digo, solo me siento algo cansado pero puedo seguir con mis rutinas.
Matias asintió y le tomó la mano en un agradable apretón.
Cuando llegaron las miradas mientras entraban no se hicieron esperar, todos en el consultorio sabia lo que había sucedido. Pasando así a la oficina fueron recibidos por Sofia.
Los tres en un solo espacio. Algo incómodo. Ella sentada en su silla de escritorio con las manos entrelazadas mientras veía como Matias tragaba en seco al no poder pronunciar ninguna palabra.
—Queremos disculparnos contigo— habló Rodrigo. Sofia pasó su mirada al productor.
—Tú no has hecho nada, Rodrigo— expresó Maure con un tono lleno de coraje— quiero escucharlo de Matias. Al parecer solo estaba jugando conmigo.
El bicolor abrió sus ojos como platos, sabia que la doctora se enojaría, que se sentiría herida y triste.
—Lo siento, no se como disculparme, lo que hice estuvo mal— Candia alzó su mirada enfrentando a la doctora— pero lo hice por amor, y creo que si estuvieras en mi situación harías lo mismo.
—No entiendo, pero debo aceptar tus disculpas— sorprendidos por la respuesta se miraron— he terminado un compromiso para tomar otro, y no dio resultado. Quiero aclarar que si me gustaba estar contigo y pensé que lo nuestro sería verdadero.
Sofia se recostó soltando un gran suspiro de derrota y continuó.
—No puedo vencer al verdadero amor, que por lo visto se tienen ustedes dos. Pero estoy agradecida de que me abrieran los ojos, creo que aun puedo encontrar a la persona indicada—como último la joven pelinegra les regaló una sonrisa— por favor, vivan feliz de ahora en adelante.
Rodrigo junto a Matias le dieron una reverencia con la cabeza como disculpas y agradecimiento antes de salir de la oficina. Matias se sintió mal, pudo ver tristeza en los ojos de la muchacha. Rod solo lo consoló como siempre lo hacía.
Caminaban por las calles de Buenos Aire cuando el teléfono del mayor sonó, mostrando en la pantalla el nombre y número de Angie Velasco.
—Contesta— dijo el de cabello bicolor.
El pelinegro abrió la llamada, y escuchó lo que la fotógrafa tenía que decirle. Unos minutos después la noticia de Angie hizo que dieran vuelta y se encaminaran hasta el estudio fotográfico.
La pequeña peliazul los esperaba en la puerta de su estudio. Les sonrió al verlos llegar tomados de la mano.
—Al final no fuiste tan cobarde— codeó la chica a Rodrigo.
