Capítulo 4

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Un día más, un día más en la vida de nuestro querido rubio cenizo. La mañana había llegado, la luz se colaba por la ventana que tenía en su habitación. El de ojos grises comenzó a despertar, soltando consigo un pequeño pero molesto gruñido. Cuando vio a su costado que no había nadie, soltó un bufido algo molesto y a la vez... triste. Se sentó en su cama en posición fetal, acariciando con suavidad su sienes y frotó un poco sus párpados, tratando de alejar aquel estúpido sueño. Una vez hecho esto, miró su cuarto, siendo iluminado por el brillo que el sol emanaba con fulgor. Cuando iba a levantarse, sintió como alguien tocaba, con algo de esfuerzo, la puerta. Confundido ante eso, abrió la puerta, encontrándose con su hermano mayor, con una bandeja llena de comida, al parecer, le había traído el desayuno a la cama.

Golden, ante aquel acto tan lindo, sonrió con levedad, para darle el paso a su hermano mayor. Cuando Gold entró a la habitación dejó el desayuno sobre la cama y cuando se volteó, allí estaba su pequeño hermano, sonriendo aún leve, pero lo que notó fueron unos ojos muy rojos e hinchados. Ante esto, apretó disimuladamente su mandíbula. Maldito Fox, por tu culpa mi hermanito está así, pensó el de mirada platina, éste mismo suspiró con algo de pesadez. [>:'v pvto Fox >:v]

Bueno enano, ahí te dejo el desayuno ya que seguramente no quieres bajar. Cuando estés listo o necesitas algo, me pegas un grito y yo vengo, ¿ok? —preguntó con un tono gracioso, o eso pensó Golden.

—Sí, gracias foco fundido —dijo para caminar en dirección a su cama y desayuno.

Al menos, yo no soy una lámpara brillante que tiene los pelos desarreglados —al estar junto a Golden, revolvió un poco los cabellos rubios del menor para después sonreír tenue, y así, dejar solo al de orbes grises con su desayuno.

[…]

¿Que hora es? ¡Hora de aventura! Ok no jsjs :v. Es hora de ir al colegio y nuestros personajes estaban ya en su limusina, esperando con calma a que el semáforo cambiara de rojo a verde. El rubio cenizo soltó un bostezo, cubriendo con la palma de su mano su boca, los modales lo primero niños.  Cuando dejó de bostezar, frotó con algo de suavidad sus ojitos, los cuales todavía seguían hinchados y rojos, con algunas lágrimas por el bostezo. A pesar de ser un adolescente de 15 años, seguía siendo un pequeño e inocente niño. Eso a su hermano mayor parecía tierno por la forma en que actúa su hermano menor. Antes de que llegaran al colegio, el menor posó su cabeza en el hombro del mayor, aferrándose al brazo de éste.

—Gold...¿te puedo pedir un favor? —preguntó el menor en un leve susurro.

—¿Uh? Claro, ¿que pasa? —pregunta de vuelta el antes nombrado.

—Podrías... Hmm...¿pasar más tiempo conmigo? —pregunta el inocente de Golden, dirigiendo su mirada hacia el contrario, una, que de alguna forma, era brillante y un tanto triste y con miedo, su tristeza y su miedo son por el ser abandonados de nuevo por una persona querida y en especial, su hermano, por ejemplo. Gold soltó una suave risa.

Golden, sabes perfectamente que yo siempre pasaré tiempo contigo, el que haga falta. —dicho esto, tomó con ambas manos los mofletes de su hermano y depositó un suave beso en ambas mejillas, evitando las ganas de besar aquellos labios color cereza. Para que al separarse sonreír tenue.

Por alguna razón, el corazón de Golden latía ferozmente y un sonrojo abarcó en sus pómulos, dándole cierto toque inocente a su rostro. Este, al notar y sentir sus mejillas totalmente calientes, se preguntó...

¿Qué demonios fue eso?”


Continuará...

[622 palabras]

[~I ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ~] «Gᴏʟᴅᴏʟᴅ» [Pᴀᴜsᴀᴅᴀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora