Capítulo 20

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Aviso: Éste capítulo contiene lemon, en otras palabras sexo explícito entre dos hombres, si no te gusta éste tipo de cosas, pues espera al siguiente capítulo, cariño. Aunque creo que todos van a leer esto así que no se para que aviso, pero igual. Yo se los advertí

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Al llegar a la habitación entre besos fugaces y dulces, el casi albino cerró la puerta con ayuda de su pie, ya que cargaba al rubio por los muslos. Con suavidad fue acostando al contrario en la cama, mientras se colocaba sobre el mismo depositando suaves y a la vez cálidos besos, tratando de prenderlo.

Golden por su parte comenzaba a desabotonar la camisa que portaba el mayor, botón por botón mientras que, sentía aquellos besos, soltaba uno que otro jadeo o suspiro. Mordía su labio inferior con ligereza para que, al ver como el mayor se separó un poco que él, quitarle por completo la camisa, dejando expuesto su cuerpo esculpido por los mismísimos dioses, bíceps, tríceps, abdomen perfectamente marcado más unos pectorales de ensueño. Joder, ese cuerpo simplemente no era de ese mundo.

La vista de Golden no se apartaba del cuerpo del casi albino, el cual al notar aquello soltó una leve y socarrona risa, sacando al rubio de sus ensoñaciones. El oso dorado comenzó a besar desde el cuello hasta el ombligo del mayor con suavidad, un sendero de ligeros besos y alguna que otra marca que no tardaría mucho en desaparecer. Ante aquello Gold jadeaba con levedad, sonriendo ante la necesidad de su pequeña pareja.

Gold retiró con facilidad y rapidez la camisa de Golden, apreciando el frágil y pequeño cuerpo del menor, lo cual era todo lo contrario al suyo. Delgado, con brazos igual de delgados pero una cintura perfectamente estrecha más unas caderas que cualquier mujer desearía ante lo curvilíneas que eran. Volvió a tomar el control de la situación y se acostó sobre Golden, atacando aquellos pequeños y, por alguna razón, rosados botones que los tentaban a lamer, chupar y mordisquear hasta dejarlos totalmente rojos e hinchados. Aquellos pensamientos no tardó en hacerlos realidad, ya que su húmeda y juguetona lengua comenzaba a recorrer suavemente y alrededor de aquellos pezones, para finalmente llevarse uno a la boca, mientras que el otro lo estimulaba con su mano.

Golden ante aquellas lujuriosas sensaciones, se encogió en el lugar, cerrando sus ojos y gimió por primera vez, para que cuando escuchó su voz salir de ese modo, cubrir su boca totalmente avergonzado, ya que no sabía que era capaz de soltar dicho sonido, el cual hizo que el miembro del contrario diera una punzada. El casi albino al notar como Golden ahogaba sus gemidos por la mano del mismo, la cual obstruía su boca, la apartó con suavidad.

No cubras tu boca, quiero escuchar esos hermosos y excitantes sonidos que suelta esa boquita. —mencionó con su voz más ronca de lo normal, al soltar la mano de su menor, aquella mano la llevó al labio inferior de Golden, delineando el mismo.

Gold sonrió ladino y algo cínico, para besar cortamente sus labios y seguir con lo que había dejado a medias, lo cual era seguir mordiendo y saboreando los pezones del mismo. Los pequeños gemidos hacían una especie de eco por toda la habitación, cosa que escuchaban y excitaba a ambos de maneras exuberantes. La mano libre e intranquila de Gold fue bajando hasta los pantalones de su menor, el cual fue desabrochado con algo de trabajo, pues con una mano es difícil ya que la otra la utilizaba para seguir pellizcando los pezones del rubio cenizo.

El oji-gris al notar como Gold quería deshacer de su pantalón, tomó la cabeza del contrario con ambas manos, alejándolo de sus, ya rojos e hinchados, pezones. Sonrió con levedad para acercarse a su oído y susurrar.

—Tranquilo~ te ayudaré, Gold~

Aquella voz que fingía inocencia pero se denotaba la lujuria hizo que el falo ajeno se levantase más de lo que estaba. Golden rió levemente para luego besar cortamente los labios ajenos e ir bajando con calma y tortura su pantalón, quedando en bóxer ante el mayor. Su miembro estaba totalmente erecto y la tela de su ropa interior estaba ligeramente húmeda por el pre-semen que su falo soltaba. El oji-plata estaba totalmente hechizado ante el hermoso y angelical cuerpo que poseía su pequeño, simplemente era perfecto. Para estar a mano con su menor, decidió comenzar a retirar el cinturón y luego el pantalón, bajándolo con la misma lentitud que lo hizo Golden, dejando ver su pene igual de erecto y húmedo que el del contrario.

[~I ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ~] «Gᴏʟᴅᴏʟᴅ» [Pᴀᴜsᴀᴅᴀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora