Capítulo 30

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-Gracias por dejar que nos quedemos aquí. -Dijo Logan.

-No hay de qué, es más, si algún día os encuentran aquí, los demás también os abrirán las puertas de sus casas. Por cierto, tendréis que dormir en la misma habitación.

-Está bien... -Dije nerviosa. Logan es mi novio pero... ¿dormir en el mismo cuarto que él? No sería la primera vez, pero aún así, de hace 4 años a ahora... hay diferencia, ¿no?

-Vuestra habitación es aquella de allí. -Señaló una habitación. -Entrar a descansar un rato o acomodarla como queráis. Ariana llegará dentro de un rato y yo tengo que preparar su cena. He perdido una apuesta, no preguntéis. -Se echó a reír.

Logan y yo entramos en la habitación. Tiene que ser una broma, ¿solo una cama? Definitivamente, esto lo han hecho a posta. Al menos la cama es enorme, ahí entraríamos unas seis personas y no exagero. Logan tenía mala cara, supongo que tiene sueño, después de todo lo que ha pasado hoy, es normal.

-Si quieres, échate a dormir. Se nota que estás cansado.

-Sí, pero, no quiero que te aburras sin mi. -Sonrió.

-No me aburriré, iré a ducharme y mientras tanto puede que llegue Ariana y así estoy con ella, en serio, descansa.

-Está bien, ¿me despertaras antes de que lleguen los chicos para prepararme?

-Sí.

-Vale, hasta luego preciosa. -Me dió un beso, se tumbó en la cama y como por arte de magia en tres segundos se quedó dormido, sabía que estaba cansado, pero ese cansancio me a hasta asustado.

Cogí mis cosas y me metí a ducharme. Me puse a pensar. Quiero mucho a Logan pero es que después de lo que pasó hace 4 años, no puedo dormir con nadie, solo con Kendall y hay veces que me cuesta.

        *Hace 4 años*

Kendall, Logan y yo estábamos juntos a una casa rural, los tres dormimos en la misma habitación pero la última noche, Kendall se puso malo y se quedó durmiendo con su madre. Solo estábamos Logan y yo.

-Oye, ____.

-¿Qué? -Pregunté molesta, son más de las 3 de la mañana y no me deja dormir.

-¿Alguna vez le has dado un beso a alguien? -Me levanté sobresaltada de la cama y le miré.

-¿Eso a qué viene ahora? Logan échate a dormir, tengo sueño.

-¿Eso es que no? -Sonrió.

-Eso es que te duermas y que me dejes en paz.

-Contéstame y te dejo dormir.

-No, nunca le he dado un beso a nadie, ahora duérmete.

-¿Te gustaría dar tu primer beso?

-¿No decías que me ibas a dejar dormir ya? -Me puse nerviosa, ¿en serio me ha preguntado eso?

Se levantó de su cama y cerró la puerta de la habitación, se sentó en mi cama, me agarró del brazo y me dió un beso. Yo le seguí el beso hasta que intentó quitarme la camiseta y le pegué un guantazo.

-¿¡Qué haces imbécil!? -Estaba muy alterada.

-Eh... yo... no sé.

-Te huele el aliento a... ¿alcohol? -Pregunté extrañada.

-No, no... imposible. -Agachó la cabeza.

-Dime la verdad, ¿Kendall y tú habéis bebido y por eso él se encuentra mal?

-Sí... Yo... Lo siento.

-Sentir vas a sentir mi puño enterrado en tu cara, ¿eres tonto? -Me enfadé muchísimo.

No me dijo nada más y se fue a dormir, estuve un par de semanas sin mirarle a la cara y muy enfadada, encima que intentó quitarme la camiseta, ¿cómo ha sido capaz? Solo tenía ganas de llorar aunque simplemente fue algo que se quedaría para recordar y nada más.

        *Vuelta al presente*

No llegó a hacerme nada, pero es que ¿y si llega a pasar algo? No le importó si yo estaba bien simplemente lo hizo, desde entonces siempre duermo sola o con chicas. Nada de chicos. Yo le quiero pero me da miedo que en algún momento vuelva a pasar algo así, joder, es que no llegó a pasar nada pero aún así tengo miedo. Sobre todo, porque esta noche habrá una ''fiesta'' ya que como Logan y yo nos quedamos aquí no puede haber noche de chicas. ¿Y si bebe? ¿Y si termina borracho? No quiero ni imaginarme que puede pasar. Salí de la ducha y me vestí, al llegar a la habitación, Logan estaba sentado en la cama.

-¿Qué te pasa?

-Me duele mucho el pie. -Me dijo mientras se acariciaba el pie.

-¿Estás bien?

-Sí, es solo eso, no te preocupes. De todas formas hoy estás tú para ser mi enfermera. -Dijo sonriendo. A mi los nervios me recorrieron todo el cuerpo.

-Esto... yo... claro.

-¿Y tú? ¿Estás bien? Te veo nerviosa.

-No, no es nada.

-Que mal mientes.

-No te miento.

-Menos mal que no, si tienes las orejas color tomate.

-Imbécil. -Se echó a reír.

-Ya en serio, ¿qué te pasa? Confía en mi.

-No es nada. Cosas mías.

Nothing Even MattersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora