capítulo once.

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Sí le había hablado a Zayn.

Eran las 8:37 de la mañana y ya no estaba con él, hace apenas una hora el moreno salió corriendo murmurando una disculpa y diciéndole que debía trabajar.

Vagamente se preguntó de qué.

Ahora se encontraba saliendo de la ducha, un montón de ropa apareció mágicamente en la silla que tenía a lado.

Abrió la puerta del baño para salir, dispuesto a quitarse la bata pero no logró hacerlo. Una señora de aproximadamente 45 años estaba parada en medio de la habitación, mirándolo con una sonrisa que por algún motivo de paració de una psicópata.
Se pegó a la pared y abrió la boca para hablar, no emitió ningún sonido, estaba asustado.


— ¡Hola!— saludó efusivamente.— ¿Te asusté?— olfateó frunciendo el ceño.— ¡Oh, lo siento tanto! No era mi intención, quería conocerte porque Harry no te llevó conmigo. Soy Anne, la madre del alfa no-chistoso que te invitó a cenar.— abrazó a Louis.

Correspondió, porque hace mucho tiempo que no lo abrazaban de esa manera tan... maternal. Su madre desde que murió Fizzy no salía del hospital y él debía cuidar a sus hermanas. Hasta que Lottie creció y la carga era pesada para los ambos.

— Hola, soy Louis. Casi se me sale el corazón.— murmuró.

— Lo siento, no era mi intención.  ¿Cuántos años tienes?.

— Ape..

—  ¿Engañas a Harry con Zayn?— alzó una ceja.

— ¿Qué? No, H-Harry y yo no...

— ¿Entonces sí sales con Zayn?

— ¡No! No no, para nada. Él es mi...

— Pero mira que bonitos ojos tienes, ¡y que pestañas tan largas! Tu nariz es tan linda. ¡Tu piel, tus cejas! ¿De dónde saliste? ¿Júpiter? No, si fueras de Júpiter tendrías para de marciano. Eres muy bonito. Harry siempre tuvo buenos gustos.— calló unos segundos.— En realidad nunca trajo un o una omega. Bueno sí, Peit. Pero tú sabes, esas cosas como tú con Zayn.

¿Qué...?

— ¿Cómo sabe qu...?

— ¡No!— gritó incrédula.— ¿Entonces sí? Dios eres muy fácil de leer. Hueles a algodón. Mis nietos olerán delicioso.

—  ¿Qué niet...?

— Ni se te ocurra salir así, hace muchísimo frío, los alfas son tan idiotas que tuve que mandar a prender la calefacción. Que lindo cabello tienes. Sabes, todo de ti me dice que todo ti es muy alegre, y tus ojos son muy lindos pero, tienes algo apagado en ellos. ¿Estás triste?.

— Mamá.


Un Harry con el ceño levemente fruncido estaba en la puerta, con aquel aura de alfa poderoso pero que en realidad no mataba ni una mosca.
Tenía el cabello más corto pero aún los pequeños rizos le tapaban los ojos.
Sintió un hormigueo en la parte baja de la espalda y debajo de la lengua.


— ¡Harry! Hijo, vine a conocer a tu omega. Te estuve buscando pero me cansé mucho ayer y terminé rendida. No ima...

— Quiero hablar con Louis, por favor sal.

Louis frunció el ceño, con una leve molestia creciendo dentro de él.


— ¡Harry¡ ¡No me hables así!— reprendió más sorprendida que molesta.

— Por favor sal un momento, madre.

Ella bufó desapareciendo en la entrada.

Louis tomó aire.— No debiste hablarle así. Ella so...

— ¿Tú y Zayn tuvieron algo?

— ¿Qué?

— Mi madre te preguntó y no dijiste que no. ¿Tuvieron algo?.

El alfa estaba tenso, se notaba en los hombros, mandíbula y su ceño. Las feromonas estaban confusas en el aire y Louis tuvo que morderse la lengua para no molestarse.

— No. Él y yo pasamos celos juntos, lo decidimos. Yo no...

— ¿Tuvieron algo anoche?— apenas pronunció, tan bajito y con un timbre de susto en su voz.

Louis abrió extremadamente los ojos.

— Claro que no. ¿Cómo piensas que voy a hacer eso en esta situación?— alzó la mano cuando el alfa lo iba a interrumpir nuevamente.— No. Dejame hablar. Lo que Zayn y yo tuvimos lo acordamos juntos, somos mejores amigos ahora, antes, mucho antes salíamos.

Harry alzó una ceja.— ¿quiere decir que puedo pasar el celo con mi mejor amigo?

— ¡Es algo que acordamos entre el y yo! Cada quien sabe que hace con su vida y con su cuerpo. ¡Tu puedes hacer lo que sea con el tuyo, y pasar celos con las personas que quieras!. Que estemos destinados no significa que debamos terminar juntos.

El rostro de Harry se deshizo. Con los ojos fijos en el omega y sin ningún destello de felicidad.

— ¿Tu no quieres estar conmigo?

Louis suspiró.— Harry, apenas y me acuerdo de ti. Por favor ve más despacio, nunca dije que no quería. Solo que en este momento tu y yo no somos nada. Tal vez en algún momento. Pero ahora todavía no.


El alfa clavó la vista en el piso, respirando profundamente y aclarando sus ideas. No dijo nada durante mucho hasta que volvió su vista al omega.

— Yo quiero cortejarte.


Y Louis no supo qué decir.


Maldición.

Algodón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora