capítulo tres.

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—¿Estás mejor? ¿Necesitas agua, pasta de dientes, algo?.— preguntó Niall, preocupado.

—Oh por Dios. Lo siento tanto, y-yo no quería hacerlo. Me asusté, perdón.

—Louis, no tienes que...

Más asustado.— ¿Ensucie tu asiento?.— se levantó, buscando alguna mancha.— Si es así, yo limpio. Soy bueno en eso. Lo hacía en casa todo el tiempo. Perdón. Lo siento tanto.

—Lou, no haz hecho nada. Tranquilo. Todo está bien.

—Perdón. En serio lo siento. No me hagas daño, por favor.— sollozó.

Niall frunció el ceño.

—¿Qué cosas dices? Ven acá. Sube al auto. No hiciste nada. ¿Ya lavaste tu boca? En la mochila hay dulces. Prenderé la refrigeración, vamos. Anímate.

Louis subió temeroso.

Se sentía confundido. ¿Por qué aquél chico lo trataba bien si se supone estaba siendo secuestrado? ¿Por qué mierda no sentía tanto miedo como debía?

El celular del chico comenzó a sonar provocando una leve punzada en la cabeza del omega.

—Oh mi Dios. Debe ser Harry, matará.— desbloqueó el aparato.— Mierda. ¿Hola? Bien Harry, estamos bien, gracias por preguntar, idiota. No, tuvimos que parar un momento. Oh, es que Lou se asustó un poco y hubo un pequeño accidente. ¿Qué? ¡No! No es necesario que vengan tus maldito alfas asquerosos, igual que tú. Estamos muy cerca. Llegó en cinco minutos. Cállate, te colgaré ahora mismo. Adiós rizos.— bufó prendiendo la camioneta.

—¿Todo bien?— se animó a preguntar, tímido.

—¿Qué? Oh, sí. Sí, sí. Todo está bien. Harry está un poco preocupado.— rodó los ojos.— Qué digo poco, es un manojo de nervios andante. Sólo estaba gritándome, pero así es él. Es un completo idiota.

—¿M-me gritará?

—¡No! Por supuesto que no. Él es idiota con gente como yo. Quiero decir, amigos, empleados. A ti te tratará bien. De eso me encargo yo.

Louis asintió poco convencido.

—Bien. Antes de bajar Lou, ¿puedo llamarte así, verdad? Lou, me agrada como suena. Y si a ti no, igual lo haré. Al llegar probablemente Harry te muestre tu habitación nueva, o puede que te quedes con él, aún no lo sé. Pero mañana temprano le diré a Liam que te lleve ropa y yo te llevaré el desayuno. ¿Quieres desayunar conmigo mañana?—el Omega asintió.—Perfecto, bien. Ahora bajemos antes de que Harry venga a gritarme frente de todo el personal. Toma mi mano, yo llevaré la mochila, ven.

Y así lo hizo. Apenas sus pies tocaron la tierra, tomó el brazo de Niall como si su vida dependiera de ello,  mientras su otra mano tomaba la del rubio con ansias.

Tenía miedo, muchísimo miedo. La residencia era grande, y parecía estar en medio del bosque, olía a tierra mojada y césped recién podado. Veía personas haciendo el cuidado del jardín e infinidad de guardias vestidos con trajes elegantes y lentes oscuros por todos lados.

Cruzaron la puerta y Louis inmediatamente contuvo el aire. Era enorme, incluso más de lo que aparentaba desde afuera. A unos cuantos metros se encontraban las enormes escaleras, y no podía encontrar ninguna sola ventana. Caminaron unos cuantos pasos hasta que una chica relativamente bonita, saltó sobre Niall envolviéndolo en un abrazo, Louis tuvo que soltarlo.

—¡Gemma! ¿Cuándo llegaste?

—Hace apenas unas horas, estaba esperando por ti. Te extrañé tanto.— sonrió, separándose.— ¿Tú quién eres?— preguntó alegre observando al Omega.

Olía a algodón con fresas, es Omega. Pensó Louis con alivio.

—Y-yo...

—Gemma, él es Louis. Louis ella es Gemma, hermana de Harry.

Oh.

—¡Un gusto en conocerte Louis!— le dió un pequeño abrazo.— ¿Eres Omega de Niall?

Se le cortó la respiración.

—¡Gemma!— reprendió el rubio.—Oh, Dios. Reza por qué tu hermano no nos esté observando. Louis es el Omega que Harry tanto ha pedido.

—¡No!— gritó incrédula.— ¡Oh, Louis! ¡Seremos los mejores omegas de esta estúpida residencia! ¡Ven acá, dame otro abrazo!. ¿Ya te vio mi hermano? ¡Debe haber babeando como imbécil al verte!

—E-en realidad yo... no, no lo he visto.

Niall.— una voz gruesa y limpia interrumpió la conversación de aquellos tres.

El olor a alfa impotente y posesivo impregnó el lugar.

Louis sintió encogerse.

—Hola, Harry. Llegamos hace unos minutos.

El alfa llamado Harry sonrió, bajando los últimos dos escalones e ignorando la presencia de Niall y Gemma.

—Hola, Louis.

Algodón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora