7: El bosque

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Desde que vi a esa chica de pelo plateado entrar el primer día a la cabaña, causó un deseo desconocido en mi, y tenerla a milímetros de mi boca, mientras me hablaba con su voz ronca y sensual, no pude evitarlo y ahora la estaba besando con ganas mientras profundizaba el beso enredando mis manos en su nuca.
Nuestras lenguas batallaban en una guerra donde ninguna podía ganar, mientras sus manos en mi cintura me apretaban más contra ella.
Se separó solo un segundo de mi para cambiar de lado y pude ver sus labios rosados y gruesos entreabiertos a milímetros de mi.
Su toque era tierno pero salvaje a la vez y mis piernas casi se doblan cuando noté cómo bajaba sus manos lentamente hasta mi baja cintura.
Mordí su labio inferior con ganas y de su boca salió un sonido que causó que en mi bajo vientre se colocara una presión ya conocida.

-Eres -dijo entre besos. -Muy - adictiva.

Oh por dios, la adictiva aquí era ella y su boca. Bendita sea la mujer que creó a esa hermosa cristura que estaba borracha y besándome como si no hubiese un mañana.

-Cállate y sigue, por favor. -supliqué mientras ella bajó las manos a mi trasero y volvió a estampar sus labios con los mios.

Un grito sonó cerca del lago, Billie y yo nos separamos de golpe con las respiraciones erráticas, mirándonos con sorpresa.

-Puede haver pasado algo, vamos. -dijo, asentí y comenzamos a correr hacia donde estaban las chicas. Cogió mi mano y entrelazó nuestros dedos mientras corriamos hacia allí, encontrándonos a Clairo con las manos en su boca mirando hacia Noah y Diego.

-¿Qué ha pasado? -pregunté cuando nos acercamos.

-Ehhh... -intentó decir mi amiga.

-¡Noah casi caza a una cobra! -gritó Danielle saliendo del agua junto a Clairo y Lauren, que aguantaban su risa.

-¿Una cobra? ¿Dónde está? -dijo alterada Billie.

-La cobra de Diego! -todas carcajearon, incluso nosotras dos aunque hubiesemos sido interrumpidas por esa tonteria, pero el dramatismo fué gracioso.

-Eso no es... yo no... -dijo sonrojada Noah. ¿Des de cuando mi amiga es tan tímida?

-No digas más querida. -dijo Danielle. -A todas nos ha dado por mirar a ver qué haciais y te hemos visto entrar tu mano en sus pantalones! Gracias a dios que Clairo ha gritado! No quisiera ser testigo de vuestro sexo salvaje.

Volvimos a reir fuertemente todas, incluso Diego y Noah también se lo tomaron a broma.

-Ya, lo sentimos, ¿si? Es que las cervezas... bueno, nos han mareado. -dijo un sonriente Diego mirando a Noah. Qué adorables.

-Em... y vosotras dos... ¿dónde estabais? -nos preguntó Danielle.

-Dejamos a esta parejita a solas, por nuestro bien común. -dijo Billie rápido.

-Bien común... uhm... ya veo. -dijo Clairo señalando nuestras manos, seguian entrelazadas. Mierda.

Nos separamos de un salto las dos y nos sonrojamos como nunca. El resto rió ante nuestro nerviosismo pero no hicieron ningún comentario más y decidimos volver a la cabaña, ya era tarde y mañana aunque no teníamos actividades, el desayuno era a las 10.

-Pillina... riéndote de mi y tu a saber que has hecho en medio del bosque con esa obra de arte. -me dijo Noah.

-Shhtt, no grites tanto. -le dije seria, luego sonreí como una boba recordando el mejor beso de mi vida. Cómo besaba esa mujer...

-Ui... ¿habéis foll... -le tapé la boca cuando Lauren y Clairo se giraron, les sonreí y volvieron a caminar delante de nosotras.

-No. -susurré en su oreja. -Y no sé si hubiera llegado a pasar si Clairo no hubiera gritado, pero yo no soy tan fácil así que creo que no, pero ella besa muy bien y con el efecto del acohol me dejé llevar y me gusto y... mierda, estoy pensando en voz alta. -dije tapándome la cara con mis manos.

Mi amiga se rió de mi actitud, rodeando mi hombro con su brazo mientras llegábamos a la cabaña.

-Querida, tu estás colada por sus huesos, eso es todo. Pero cuidado, tres meses pasan rápido y no quiero que sufras, ¿si? -me dijo tierna.

-Lo se, lo controlo no te preocupes. Y te digo lo mismo a ti, Diego te mira de una manera... de una manera muy tierna. No os hagais daño. -le dije besando su mejilla.

Me puse mi camiseta negra larga hasta las rodillas que siempre usaba para dormir, me lavé los dientes y salí del baño. Lauren, Clairo y Danielle ya domían. Billie estaba sentada en su litera con los pies colgando y Noah se acomodaba en la cama.

-Buenas noches tórtolas. -dijo Noah, la asesiné con la mirada y Billie me miró divertida.

-No te rias de mi. -le dije a la del pelo plateado intentado ponerme seria, pero ella no quitaba esa estúpida sonrisa de la cara y me seguia con la mirada mientras llegaba a mi cama.

Llegué a mi cama y ella desde su litera puso una mano en mi mejilla antes de que me agachara para estirarme. Miró a los lados para verificar que nadie la viera y me acercó a ella. Bajó de un salto al suelo sin quitar su mano de mi mejilla y yo me quedé mirándola con sorpresa, pero temblando de nervios, sus ojos me ponian muy nerviosa.

-¿Puedo darte un beso de buenas noches? -susurró acercándose a mi oreja. Me estremecí al notar su cálido aliento contra mi oreja y asentí sonriente. Oh señor, como negarme.

Enredó su mano en mi pelo y yo agarré su cintura, acercándome a ella y juntando nuestros labios.
Me separé y la miré y ella me negó con la cabeza.

-Un beso de verdad. -susurró.

Definitivamente iba a morir, iba a morir ahí de pié, era el fin.

Estampé mis labios contra los suyos y apreté el agarre en su cintura, entrando mi lengua en su boca sin necesitar permiso y volviendo a explorar aquel cálido paraiso. Su lengua suave y cálida acariciaba la mia lentamente, con movimientos sincronizados y mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras escuchaba nuestras respiraciones erráticas y el suave sonido de nuestros labios.

-Joder ____, -susurró cuando se separó y juntó nuestras frentes. -Qué bien besas.

-¿Yo? -susurré metiendo un mechón de pelo plateado tras su oreja. -Eres tu la que casi hace que me caiga al suelo. Anda, buenas noches linda.

Sonrió como nunca lo habia visto en el poco tiempo que la conocía, no era una sonrisa sensual, ni una burlona, ni sarcástica, sonrió de una manera diferente y se veia tierna y adorable.

-Buenas noches hermosa. -me dió un rápido beso y subió a su litera.

Definitivamente esa noche dormiria más que bien.

Un hermoso campamento de verano | Billie Eilish Donde viven las historias. Descúbrelo ahora