9: Metí la pata

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**dos meses después**

No recuerdo exactamente la razón por la que no queria venir a este campamento de verano, porque ahora tan solo pensar en que quedaba un mes para que todo acabara... me ponia triste, muy muy triste.

Hice buenos amigos, Clairo la que más. Esa pequeña rubia sabia como sacarme una sonrisa y hacerme reir a carcjadas, ella sabia todo de mi vida en Nueva York y yo sabia su vida en Los Ángeles. El resto de chicas eran increibles, nuestro grupo nunca estaba separado, ibamos juntas a todos lados. Noah y Diego tenían muy claro que su relación veraniega acabaria en un mes, y lo aceptaban por más triste que fuera, quedaron en ir a la misma universidad cuando acabaran el último año, es decir, el año que viene.
Por otra parte estába Billie, mi preciosa Billie... No sé que teníamos, tampoco lo habiamos hablado, pero ya toda la gente del campamento sabía que algo teníamos.
Ibamos cogidas de la mano a todos lados, nos robábamos besos en cualquier lado, siempre que los profesores nos hacian ir por parejas íbamos juntas... Y ya eran muchas las noches en las que no podiamos dormir si no era una abrazada a la otra.
No podía aceptar el hecho de que me estaba comenzando a enamorar de ella, de su sonrisa, de sus ojos... Simplemente no podía porque me partiría el corazón alejarme de esa preciosa mujer cuando acabara el verano, así que ninguna de las dos habló de ello nunca, solo seguiamos nuestros impulsos.
Era sábado y Danielle volvió a armar el plan con Justin, estábamos bebiendo cervezas en las barcas junto al lago y no podíamos parar de contar historias graciosas ni dejar de reir.

-Y la vi! Y la muy cerda ni siquiera hizo nada para taparse! -acabó de explicar Clairo, que una vez pilló a Danielle con un chico en la cama.

-Me quedé en blanco chica, qué querias que hiciera. -contestó Danielle tapándose la cara por la verguenza.

-Nos quedan pocos sábados chicos... -dijo Lauren con mirada triste. -Debemos aprovecharlos al máximo! -levantó su cerveza.

-Por el campamento! -gritó Clairo y todos la repetimos chocando nuestras cervezas.

Billie, que estaba sentada en la arena junto a mi, entrelazó nuestras manos y la miré.
Su mirada era triste, apagada, como si me quisiera decir algo.

-¿Todo bien? -le pregunté poniendo un mechón de su pelo tras su oreja.

-Si... solo que... bueno, déjalo. -agachó su mirada.

Coloqué mi dedo índice en su barbilla para que volviera a mirarme.

-Puedes decírmelo, ya lo sabes. -le dije acariciando su mejilla.

Se acercó a mi, pensaba que iba a besarme pero su trayecto fué cerca de mi oreja y me susurró:

-Vámonos de aquí.

Mi corazón casi salta del pecho, y aunque ya eran dos meses en los que no habia ningún día que no besara a esa chica, su voz y su mirada seguían poniéndome nerviosa. Asentí y nos levantamos.

-En un rato volvemos chicas, Shawn nos tiene que decir algo. -dijo Billie entrelazando nuestras manos.

-Ahaaaa... -dijo Danielle poniendo cara pensativa.

-Nos vemos chicas. -dijo Clairo, me miró y guiñó su ojo.

-Cuidadito Billie Eilish, aún no te he dado mi bendición. -esa era Noah, cómo no.

Nos alejamos de allí y fuimos a parar a un sitio ya conocido. El sitio donde nos besamos por primera vez, en medio del bosque, en medio de la nada.

-Díme que te ocurre Billie. -le dije mientras la abrazaba, me encanta abrazarla y notar su agarre fuerte, oler su perfume y sentir como si flotara.

-No es nada sólo es que... cuando bebo pienso mucho y... -suspiró, estaba nerviosa. Se separó del abrazo dejando sus brazos alrededor de mi cintura y yo alrededor de su cuello, mirándola. -Me va a costar mucho volver a Los Ángeles, ____.

-Lo se... a mi también. -dije, una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

-No hemos hablado aún de nada pero, ¿qué somos? ¿Qué es esto que tenemos?

Mi corazón latía rápido, y la sangre corria con fuerza por mis venas. No me esperaba esta conversación y no sabia qué decir, porque no tenia ni idea, pero sus ojos clavados en los mios me decían que necesitaba una respuesta, ambas la necesitamos.

-No lo se Bil... -acaricié su mejilla. -Yo... tu a mi... me gustas mucho.

Su sonrisa se ensanchó, se veía muy tierna bajo la luz de la luna y tan cerca de mi.

-Tu a mi también me gustas, _____. Y ese es el problema. Tenemos un problema.

-Lo se, y no me gusta pensar en qué pasará después. -me sinceré.

Hubo un silencio, tan solo podíamos mirarnos a los ojos mientras sus caricias en mi espalda me herizaban la piel. No supe nada más que hacer que besarla, y nos besamos lentamente en el mismo sitio que hacía dos meses.
Mis manos se enredaron en su fino cabello, y mientras sentía el movimiento de sus carnosos labios y nuestras lenguas enredarse mis piernas amenazaban con fallarme, sus besos me traian loca. Pero lo peor fué cuando se separó un poco de mi y mordió mi labio inferior, provocando que saliera un gruñido de mi boca y que ella sonriera.

-¿Sabes qué? -me dijo cerca de mis labios.

-¿Qué? -rocé mis labios con los suyos.

-Tengo las llaves de la cabaña.

Sonreí mientras acariciana su cuello.

-¿Y a qué esperas? -le dije.

Tomó mi mano y comenzamos a correr por el bosque entre risas, llegó a la cabaña y mientras abría la cerradura la abracé por detrás dejando un beso en su cuello, escuché como suspiró.
Entramos y cerró detrás de mi, y en un rápido movimiento me encontré entre la puerta de la cabaña y Billie, que me miraba profundamente a los ojos. Se acercó lentamente hacia mi, y cuando entreabrí mis labios esperando que me besara, sus labios se fueron a mi cuello, dejando un reguero de besos húmedos mientras yo enredaba mis manos en su pelo atrayéndola más hacia mi.

-Con que... debiamos... hablar con Shawn. -dije con la respiración entrecortada. Noté su risa en mi cuello y mi piel se herizó. Y hasta allí aguantó mi cordura.

Bajé mis manos hasta su cintura y le quité la camiseta lentamente, después ella quitó la mia y volvió a juntar sus labios con los mios, besándome con hambre.
Solo escuchaba nuestras respiraciones aceleradas y el sonido de nuestros labios.

-¿Estas... estas segura? -dijo entre besos.

-Lo estoy. -contesté.

En dos segundos Billie me cogió del trasero y di un saltito, enredando mis piernas alrededor de su cintura y besándola ferozmente. Estaba a punto de colapsarme en ese momento, porque si tan solo mirándola mi corazón daba saltitos... teniéndola así en frente de mi iba a matarme.
Me llevó en sus brazos a mi cama, poniéndose a horcajadas sobre mi y mi boca se secó cuando llevó sus manos a su espalda y se quitó el sujetador, añadiendo su sonrisa.
Se agachó lentamente hacia mi boca, rozando sus labios con los mios y sentí una presión augmentar en mi zona sensible, definitivamente Billie iba a matarme.
Me perdí en su mirada y no me dí cuenta de que me quitó el sujetador hasta que sus besos fueron a parar a mi cuello, bajando lenta y dolorosamente por mi clavícula.
Su mano fué hacia uno de mis pechos, torturándome a su gusto.
Un gemido salió de mi boca cuando noté su caliente lengua jugar con mi pezón. Coloqué mi mano en su barbilla porque necesitaba besarla urgentemente.
En un rápido movimiento me coloqué sobre ella y quité sus pantalones y su ropa interior, y observé a la preciosa chica que tenia delante de mi.

-Eres preciosa... -susurré admirándola.

Su maravillosa sonrisa apareció y perdí el control de mis actos. Con su ayuda quité todas mis prendas, quedandonos completamente desnudas. Si pensaba que ya habia visto el paraiso en sus besos, estaba equivocada, porque cuando nuestros cuerpos se juntaron formando uno solo, no podría describir lo que sentí.
Metí la mata el día que conocí a Billie, metí la pata cuando tomé su mano, metí la pata cuando la besé, y ahora lo habia empeorado todo.

Estaba enamorada de Billie Eilish.

Un hermoso campamento de verano | Billie Eilish Donde viven las historias. Descúbrelo ahora