Lisa cruzó las manos sobre su regazo y dejó que su mirada vagara por las facciones de Jennie mientras ella avanzaba entre el tráfico. Su olor saturaba hasta el rincón más escondido del coche y se arremolinaba a su alrededor. Inspiró hondo y estudió su rostro durante un buen rato.
—Eh, Jen —le dijo suavemente.
Jennie l ladeó la cabeza y sonrió.
— ¿Sí?
—Gracias por esta noche.
Aquella sonrisa le llegaba al corazón.
—Gracias a ti —respondió Jennie —. Ha sido divertido.
—Me ha gustado conocer a tu familia.
—Y a ellos conocerte a ti.
Lisa estiró un brazo y le acarició la mano.
—Siempre me lo paso bien cuando estoy contigo.
Jennie arqueó una ceja y le apretó los dedos con suavidad.
— ¿En serio? ¿Incluso cuando te he arrollado jugando a béisbol?
—Bueno, supongo que hay algunas excepciones a la regla.
Levantó la bolsa de papel que Isabella había llenado generosamente con pasta fresca y una deliciosa salsa.
—Y gracias por enseñarme a hacer pasta. Aunque tendré que esperar hasta mañana para probarla. —Se frotó el estómago—. Estoy a tope. He comido demasiada pizza. —Dios, cómo le gustaba estar allí sentada, hablando con Jennie de todo y de nada en particular, compartiendo con él un rato de charla.
Una vez en el aparcamiento, Jennie detuvo el coche en su plaza. El lugar estaba casi a oscuras. Lisa repasó mentalmente los acontecimientos de la velada e Isabella reapareció en sus pensamientos. Se volvió en el asiento para poder mirar a Jennie cara a cara.
— ¿Qué quería decir Isabella cuando ha dicho eso de que no eras una Kim más «de frío corazón»?
Jennie se quedó inmóvil un instante, frunciendo el entrecejo.
—Mi padre y el resto de la familia Kim nunca fueron capaces de mantener una relación duradera. Todos eran unos vividores, rompecorazones del tres al cuarto, incapaces de sentir nada por nadie. Después de que mi padre nos abandonara, mi madre bautizó al clan como los Kim «del frío corazón». —Se volvió hacia Lisa, esperando una reacción.
Lisa se limitó a asentir con la cabeza, invitándole a que continuara. Y Rachel, después de tomar aire, así lo hizo.
—Y yo siempre solía decir que conmigo no iba a ser diferente.
El corazón de Lisa se detuvo en seco. Le agradecía que fuera tan honesta con ella, y a su vez también quería ser sincera con Jennie. Arrugó la nariz y, con toda la delicadeza de la que fue capaz, le dijo:
—Tus hazañas hasta la fecha no son muy alentadoras.
En los ojos de Jennie se reflejaron mil emociones.
—Lo sé —dijo con la mandíbula apretada.
—Parece que Isabella y Tony siempre tuvieron fe en ti. Creyeron que tú serías diferente.
Jennie se encogió de hombros.
—Es cierto, pero cuando alguien te repite tantas veces que cuando crezcas no serás distinta al resto de tu familia, te acostumbras a vivir según esas expectativas.
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Pleasure Control
FanfictionG!P... Jennie y Lisa intentan descubrir un supresor de la libido para ayudar a los adictos al sexo. La labor de Lisa es provocar a Jennie para comprobar si el supresor actúa correctamente. Pero el experimento no funciona como esperaban y la libido d...