Miraba a mi al rededor, buscando con qué entretenerme, mis ojos inquietos no encontraban nada con qué satisfacerse.
La música de los audífonos lastimaba un poco mis oídos pero, eso me gustaba.
Miré a un lado a mi hermano aferrándose al tubo para no caerse, ridículo y gracioso también, al parecer era lo único que mis ojos encontraron entretenido pero no se satisfacían, aún.
Conforme pasaban las canciones el tiempo avanzaba y el autobús quedaba vacío, dejé de buscar algo interesante y fue ahí que algo sobrenatural me ínsito a voltear, nada muy exótico la verdad, una piel acaramelada, una barba ligeramente crecida, unos chinos negros de infarto y unos grandes ojos oscuro profundo se robaron más que mi atención, arrepentida de mi deleite aparté la vista y me dediqué a mirar por la ventanilla la noche alumbrada por los demás vehículos, un peculiar nervio se apoderó de mis sentidos y me sujeté más fuerte del tubo, involuntariamente volví a voltear y me encontré con sus ojos puestos en mi, no dudé en sostenerle la mirada y sentí el vello erizado, cual gato, asustada por la sensación me volví a la ventanilla y segundos después volteé, esta vez por decisión propia y noté sus ojos desviarse rápidamente de mi, ¿era a caso mi imaginación? Cierto o no, el corazón me dio un pequeño respingo que no había sentido desde hace tantos años, aparte nuevamente la vista sin saber qué hacer, dudosa (y deseando internamente que volviera a mirarme) volví neciamente mi vista a él y ahí estaba, no era definitivamente mi imaginación, él me observaba, su mirada era penetrante, no sabía si era por el negro de sus ojos, pero si que era enigmático mirarlo, no pude más y desvié la vista, una sonrisa involuntaria salió de su escondite y sentí un leve calor en las mejillas. Un lugar se desocupó y me vi obligada a sentarme con mi hermano, obligada porque, tenía esperanza de cruzar miradas con el rizado de nuevo.
El trayecto fue corto y mis instintos me insistían en voltear cada que una persona bajaba, esperando que no fuera él...
La hora de bajarnos llegó y desganda al ver que nadie más que nosotros bajaba me resigne a dejarlo pasar. Avanzamos unos cuantos pasos, quité la música de los audífonos y alce la vista, al otro lado de la calle yacía aquel enigmático chico, al verlo de pie noté que era bastante alto y lucía una fisonomía bastante buena sin llegar a la extravagancia, pareció notar mi impertinente mirada y de nueva vez sus ojos se unieron a los míos, ambos avanzamos a nuestros caminos sin dejarnos la vista hasta que él la apartó, fue entonces que noté el portafolio de un instrumento pequeño, quizá un violín, lo observé hasta que la oscuridad de la calle de lo tragó.Seguí mi caminata con mi hermano y pensé que tanta casualidad pudo haber en ese momento en que nuestras miradas se unieron más de una vez y qué por azares o no del "destino" viviéramos a una calle de distancia... ¿Será posible? Pensé y me pregunté si, alguna vez volveríamos a vernos y de ser así si él me recordaría, porque indudablemente yo no lo olvidaría jamás.
Un mensaje de texto me arrancó de mis pensamientos y un doloroso malestar surgió de mi pecho cuando leí su mensaje"Buenas noches amor, no me queda más que agradecerte por todo tu amor en este año ha sido el más feliz de mi vida, descansa".
Me sentí sucia porque se sintió como si lo defraudara y ahí me di cuenta de que todo el rato que me dediqué a mirar a ese chico, jamás lo recordé a él que me amaba tanto.
Y así es como la divina injusticia del amor se hizo presente en mi vida, cómo saber quién es el amor de tu vida, será aquella persona que me había jurado amor eterno o aquel chico desconocido que bien me podría romper el corazón.
Así es la crueldad del verdadero amor.
![](https://img.wattpad.com/cover/205077737-288-k603321.jpg)
ESTÁS LEYENDO
L I M B O
PoesiaNo sé mi nombre, las sombras son el Blues de mi pasión, el olvido será mi eterno entierro de la cruda frialdad que desprenden las personas malditas. No me gusta maldecir, pero el interno inframundo de mi conciencia está hablando, me consume y es su...