6-Distintas clases, mismo sentimiento

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Sus pies se deslizaban prácticamente por los largos y adornados pasillos del castillo, su presencia radiaba serenidad y elegancia. Los bellos zapatos que portaba apenas producían ruido alguno. La servidumbre caminaba cerca suya, a unos cinco pasos exactos. Kristoff no podía dejar de mirar su espalda al descubierto debido al vestido ya que aquel día no llevaba la calurosa capa.

—Kristoff la distancia—susurro una de las doncellas viendo que no seguía el ritmo.

Aunque lo dijo tan bajo, pudo escuchar lo que dijo, aquello le saco una pequeña sonrisa. Aquel día tocaba dar un discurso sobre las nuevas políticas que se iban a llevar a cabo, como era costumbre, la gente aplaudió ya que ella exponía tanto la parte positiva como negativa. Al joven le pareció ver un ángel en aquel balcón,  su postura serena y segura de si misma poco tenía que ver con la fragilidad mostrada la noche anterior.

—Ha estado excelente majestad, como de costumbre—halago una de las doncellas. El resto realizó una reverencia.

—Gracias—su tono como siempre, suave.

Después, tocaba verificar la situación del dinero. 

—Nuestros hombres creen que si se ocultan en algún lado, es aquí, en la montaña norte y en esta zona—señalo el lugar en el mapa.

—¿Está seguro de ello?.

—Por supuesto, solía usarse como mina antes de abandonarse por falta de seguridad—comentó Eric.

—Muy bien, reúne a los hombres y que vayan allí—ordeno.

Kristoff estaba bebiendo un poco de agua durante el descanso, realmente era agotador ser mayordomo, casi prefería el frío de las montañas y la blanca nieve que abarcaba la zona.

—¿Qué tal mayordomo?—volteó y vio a la princesa Anna.

—¡Princesa Anna!—se puso en pie y realizo una reverencia. Escucho a la chica reír.

—Veo que aprendes deprisa.

—Veo que os agrada sentiros superior—dejo caer.

—¿Osas ofenderme?—su voz ahora era fría.

Él negó con las manos mientras balbuceaba alguna excusa que dar ante ella.

—Es broma, por cierto, ¿qué tal anoche?—se acercó muy rápido y le miro a los ojos mientras esbozaba una sonrisa pícara.

—A-Anoche...solo...le explique el motivo del...cambio de trabajo—logró decir.

Ella lo miro de arriba a abajo y luego le dio un pequeño golpe.

—¡Mentiroso!—le señalo—sino me contáis la verdad, os mandare ejecutar.

Él trago saliva aterrado, ¿sería verdad?, su capacidad para cambiar de ánimo era asombroso. Con la mano le hizo la señal de acercarse mientras se aseguraba de que no había nadie a los alrededores.

—La reina y yo...—se le atoraban las palabras—resulta que...

—¿Si?.

—Ella me beso—susurro rojo de vergüenza.

Anna dio un enorme grito que por poco lo dejo sordo, comenzó a dar pequeños saltos de alegría para más tarde volver a aproximarse al chico.

—¿Lo decís en serio?—al asentir volvió a hacer lo mismo—¿cuando es la boda?—Kristoff casi temblaba al escuchar aquello.

—¿Qué?.

—Ya sabes, tantantata, tantata—dijo imitando el sonido de la música de las bodas.

Rompiendo el hielo (Elsa x Kristoff)(Frozen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora