Thᥱ Ghost ┋sιყoo ·˚ ༘:

伞 〉O9。

Después de ir de un lugar para otro entre la oscura y larga noche, la mañana llegó.

Levité ya sin tantos problemas que antes y volé directamente hacia la escuela. Volar por el cielo y entre las nubes es algo que siempre quise hacer. En todo momento me imaginé que la sensación que podría tener es de ser libre y, ahora que lo estoy haciendo, puedo confirmar tal sensación. Tal vez sea por lo mismo que ya estoy muerta, pero, el fin, lo mejor es no pensarlo más.

Fuera de aquello, vi hacía abajo como algunos comenzaban a llegar al gran edificio.

En eso, hacia mi derecha, vi a la persona que estaba buscando: HanDong.

Pero había un problema, y me maldecí internamente por no haberles preguntado antes a Yoobin o a Minji: ¿Ese hechizo de la noche anterior sólo dura por un rato o puedo tener el control de cuando ser visible o no para las personas?

Supongo que tengo que descubrirlo por mi misma. Así que descendí hacía uno de los árboles, de la forma más discreta posible. Es muy absurdo todo esto si supuestamente soy un fantasma, pero no quiero llamar la atención y hacer un alboroto aquí.

Me acerqué a una chica que se encontraba recargada en la pared, casi cerca por la esquina que daba vuelta al edificio y daba hacía las canchas, toqué su hombro y esta giró. Al parecer sintió el toque de mi mano, pero no me dirigió la mirada, más bien, observaba todo su alrededor, como si estuviera buscando a la persona quien tocó su hombro.

«Perfecto, confirmé que soy invisible para todos en estos momentos. Después me aseguraré de preguntarles bien a las chicas sobre esto para no cometer una tonteria.» Pensé.

Volví a dirigir mi mirada a donde había visto a la rubia con mechones rojizos, pero no estaba; lo más lógico que pensé es que ya había ingresado al edificio. En seguida floté y volé por encima de los demás estudiantes. No tardé mucho en encontrarla pues recuerdo que su primera clase estaba casi cerca.

Ingresé al salón atrás de HanDong, la seguí hasta su asiento y permanecí a lado. No pude evitar preocuparme por su apagada actitud, al parecer también le había afectado mi muerte.

Durante las horas siguientes no hice nada más que observarla y escuchar lo que explicaba su profesor. Cuando por fin sonó la campana, me elevé un poco y volví a seguirla; hasta que llegamos a la cafetería.

Desde lo lejos pude ver a SuA, Gahyeon y a Yoohyeon; no pude evitar sonreír por el hecho de verla de nuevo, a pesar del posible dolor que le causé por irme de este mundo.

Antes de que HanDong se acercara más, retrocedí y me impulsé hacia ella para ingresar a su cuerpo. Su alma, en comparación a la de Gahyeon, era más sutil al momento de tratar de expulsarme; parece que el alma de cada individuo es muy diferente.

Cuando por fin pude lograr dominar su cuerpo, me sacudí un poco y caminé lo más normal que pude hacia la mesa donde estaban las chicas, en donde las mayores hablaban con preocupación con la menor.

⎯⎯ Emm... hola, chicas. ¿De qué tanto hablan?

⎯⎯Oh, de nada, DongDong⎯⎯ Respondió SuA con una sonrisa incómoda⎯⎯ es solo que...

⎯⎯Handong, pude ver a Siyeon ayer⎯⎯. Interrumpió Gahyeon y me tomó del brazo para hacer que me sentara ⎯⎯Escucha, sé que esto es una locura, pero de verdad la vi ¿por qué nadie me cree?⎯⎯ Preguntó con desesperación, por alguna razón me inquietaba eso.

⎯⎯No es que no te creamos, Gahyeon, es que resulta imposible⎯⎯ Habló Damu con un tono algo apagado y triste ⎯⎯Estoy segura que la partida de Singnie nos está afectando a todas, por eso es imposible... además, los fantasmas no existen.

⎯⎯¡Te digo que sí existen! ⎯⎯. Exclamó la menor, casí con desesperación de que no le creyeran. Todos voltearon a verla⎯⎯¡Ayer vi a Siyeon y es verdad! ¡Siyeon está entre nosotras! ⎯⎯ Gahyeon tomó su mochila, se levantó de golpe y se fue corriendo.

⎯⎯ ¡Ey, espera..! —Exclamó también SuA, mientras se levantaba, y se fue corriendo tras de ella.

Después de desaparecer, todos volvieron a hacer lo que estaban haciendo, me quedé en mi mismo lugar, sintiéndome algo mal de haber hecho sentir así a Gahyeon, y le dirigí la mirada a Yoohyeon, la cual soltó un suspiro pesado.

También estaba preocupada por ella, su expresión la delataba.

Entonces, extendí la mano y tomé la suya, ella sólo me dirigió la mirada, estando algo confundida por mi acción.

⎯⎯Yo creo en Gahyeon ⎯⎯Dije, mientras intentaba no sonar extraña ⎯⎯ Puede que Siyeon esté por aquí.