—¿Alguien importante? —intentó hacerse el desinteresado e incluso imitó una risa que sonaba demasiado falsa para ser verdad, estaba golpeándose internamente por nunca haber tomado una clase de teatro. — Solo son unas flores.
El otro chico lo miró aún más interesado e Izuku por un momento creyó ver cómo sus ojos se iluminaban.
—Me encantan las flores, quiero verlo.
Izuku sintió que se le volvía a ir el alma ante su respuesta, a este paso no sabía si podría volver con la dignidad intacta al dormitorio, y tristemente no tenía mucha fe que su deseo se cumpliera.
—No.
—Pero quiero verla.
—Pero yo no quiero mostrártela.
Ante su constante negativa el rostro de su compañero se deformó en una mueca poco agradable a la vista, aunque a Izuku solo le causó gracia su reacción exagerada.
—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó el chico peli celeste y parecía que iba a comenzar a hacer un berrinche, hasta que alzó una de sus cejas y volvió a sonreír con confianza —...Así que es por eso, no te avergüences de que tal vez tus habilidades en la pintura no son maravillosas, recuerda que todo es un proceso y cada vez irás mejorando si te dedicas a eso.
Izuku estuvo a punto de romper el cuadro, luego de unos segundos se dio por vencido y creyó que no podría escapar de eso así que, decidido a perder su dignidad, le mostró el cuadro al otro chico mientras tapaba su rostro sonrojado con la mano que no tapaba la pintura.
—No son solo flores.
Izuku escuchó una risa luego de decir aquello y eso solo hizo que cerrara los ojos deseando desaparecer de ese vergonzoso momento.
—Aunque... —calló sus palabras y el silencio hizo que Izuku lo mirara.
Justo en ese momento, Izuku se dio cuenta del lindo color rosado que cubría las mejillas del chico, y por un momento deseó poder pintar la expresión que tenía en ese momento, parecía que estaba avergonzado cuando al que habían descubierto había sido al pecoso.
—Nunca alguien me había pintado, y mucho menos de esta manera ¿sabes? —soltó una risa despreocupada que a los oídos de Izuku llegó como una dulce melodía. —Me haces ver de una manera realmente extraña, pareciera como si conocieras una parte de mí que yo ni siquiera conocía.
Al parecer Izuku no sabía qué era estar avergonzado hasta que escuchó esas palabras, cada una se derretía en sus oídos y lo hacía enrojecer incluso más, sus manos comenzaron a temblar y por alguna extraña razón su corazón parecía querer salirse de su pecho.
Ninguno de los dos volvió a tomar la palabra, pero para sorpresa de ambos, el silencio que había entre ellos no era en lo absoluto incómodo sino que de hecho, era acogedor y extrañamente se sentía cálido simplemente estar así, se sentían como si fueran cercanos aunque estuvieran realmente lejos.
Había una alarma que sonaba al momento en el que debían estar todos en los dormitorios, y fue exactamente esa alarma la que interrumpió su pequeño momento. Izuku estaba demasiado avergonzado, y al ver que tenía una vía de escape, no dudó dos veces cuando ya estaba tapando la pintura con una tela negra y despidiéndose del peli celeste para correr a su dormitorio.
Quizá si Izuku no hubiera salido tan apurado hubiera visto la extraña mueca de Tomura al ver que lo dejaba solo luego de haberle mostrado esa linda pintura.
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¡espero y les haya gustado! lamento la demora, creo que traeré otro capítulo más tarde o mañana como disculpa.he leído demasiado shoujo estos últimos días y creo que eso está influyendo en mi manera de escribir jejej, igual espero que les guste
;;121219
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Él
FanfictionIzuku solo quiere conocer al misterioso chico que ve fuera de las rejas del reformatorio todos los días.