La Semilla

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- Desearía ver flores bonitas siempre -
...

-¿Qué desea? - dijo con la voz más firme que alguna vez en su vida pudiese articular.

Era mediodía, un martes para ser más exacto, con un sol resplandeciente y un viento tan fresco que llenaba los pulmones de energía.
En algún punto, casi a las afueras del país del fuego, dos seres permanecían uno frente al otro, a la expectativa de lo que sucedería a continuación.

-Solo liberar... - un pelinegro dijo calmadamente como si el mundo se hubiera detenido, como si solo existieran ellos dos en el espacio.

¿Liberar? - Hinata no entendía que había sucedido. Tan solo hace unos minutos estaban tras la pista de Uchiha Sasuke en el singular equipo formado por la Godaime Hokage.
Se había descuidado, pensó. El haberla separado del grupo debía haber sido por alguna buena razón, o si no ¿porque Uchiha Itachi, el criminal del libro bingo se habia tomado la molestia de hablar calmadamente sin asesinarla aún?.
Debía ser cuidadosa, no debía bajar la guardia (de nuevo), con un golpe de suerte obtendría información valiosa para el equipo, no es como si las posibilidades de salir con vida de una situación como la suya fueran altas, es más, no apostaría más de un 5% a su favor, pero como kunoichi pelearía, hasta su último aliento.
Así quizá su muerte no sería en vano. Naruto podría estar a un paso más cerca de encontrar a su amigo y... Bueno, lo extrañaría, a fin de cuentas él era su todo.

El Uchiha dio un paso hacia delante, por consecuencia Hinata retrocedió otro, posicionándose en la pose de batalla característica de su clan.

Tenía miedo, por supuesto, como no hacerlo con el largo expediente criminal que tenía enfrente.
Sus manos le sudaban y le rogaba, internamente a Dios que sus piernas no le fallasen ahora.
¿Estaría bien llorar? Iba a morir después de todo.
Los segundos se estaban convirtiéndo en una tortuosa eternidad, y entonces ella de pronto le miró a los ojos, tratando de sostenerle la mirada.
Hinata se topó entonces con unos ojos profundos, cansados, tristes y serios. La melancolía que desprendían era tal que daban ganas de llorar. ¿Un criminal como él podía generar esa clase de sentimientos?  Esa era la real duda.
-Enfocate- se dijo. Reunió nuevamente valor para articular lo siguiente que iba a decir, lo importante ahora era la información.
-¿D-dónde e-está Uchiha Sa-Sasuke? - terminó tartamudeando más de lo que hubiese deseado.
Pesé a cualquier pronóstico en el cual Hinata creyó poco probable obtener información, el Uchiha pronunció un
- No lo suficientemente lejos como desearía - con su voz ronca y varonil.
Esto claro era una luz de esperanza, realmente estaban a un paso del Uchiha menor.

-Ha pasado el tiempo... Hinata - y ahí estaba ella, perpleja al escuchar su nombre con tanta familiaridad, como si la información hubiese quedado en segundo plano y ahora solo hubiera un gran hueco en su cabeza, un vacío que fue llenado con la voz del Uchiha al pronunciar su nombre.
No es que fuese raro que la conociera, su apellido Hyuga ya tenía demasiado peso por si mismo, pero ese tono y esa esencia al decir su nombre.
-¿Qué es esta sensación? -

El jardín de las flores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora