Error #6: falta de incisos en los diálogos

13.3K 1K 87
                                    

De cuando en cuando, me topo con diálogos que sencillamente parecen seguir y seguir hacia el infinito, sin pausa alguna. Esto hace que los intercambios entre los personajes se sientan apresurados y, además, elimina la posibilidad de usar detalles sensoriales para estimular la imaginación del lector y ofrecer una imagen vívida.

El siguiente es un diálogo de Juego de tronos entre Jon y Chett; he eliminado los incisos.

—Tengo que hablar con el maestre Aemon.
—El maestre está en la cama, igual que deberías estar tú. Vuelve mañana; quizá pueda recibirte.
—Tengo que hablar con él ahora mismo. Mañana será demasiado tarde.
—El maestre no está acostumbrado a que lo despierten a medianoche. ¿Sabes qué edad tiene?
—La suficiente para tratar a los visitantes con más cortesía que tú. Pídele disculpas de mi parte. No lo molestaría si no fuera importante.
—¿Y si me niego?

¿Ves lo apresurado y superficial que se siente? Esta es una escena con cierta tensión, pero el lector no podrá apreciarla porque solo puede oír lo que dicen los personajes, no ver lo que hacen. Sin los incisos, el autor se limita a contar los hechos como si estuviera escribiendo un informe, no a "mostrar" las escenas. En la literatura, se requiere la segunda.

 El siguiente es el diálogo original:

—Tengo que hablar con el maestre Aemon —dijo el muchacho.
—El maestre está en la cama, igual que deberías estar tú. Vuelve mañana; quizá pueda recibirte. —Empezó a cerrar. Jon bloqueó la puerta con la bota.
—Tengo que hablar con él ahora mismo. Mañana será demasiado tarde.
—El maestre no está acostumbrado a que lo despierten a medianoche. —Chett lo miraba con el ceño fruncido—. ¿Sabes qué edad tiene?
—La suficiente para tratar a los visitantes con más cortesía que tú —replicó Jon—. Pídele disculpas de mi parte. No lo molestaría si no fuera importante.
—¿Y si me niego?

Mucho mejor, ¿no te parece? El ritmo del intercambio baja un poco, pero al mismo tiempo, la tensión sube porque ahora podemos ver a Chett cerrando la puerta y a Jon impidiéndoselo con la bota. En otras palabras, los personajes se mueven y reaccionan.

CÓMO EVITAR ESTE ERROR

Evitar este problema es relativamente sencillo: lee el diálogo en voz alta. Si te parece que se lee demasiado rápido, la conversación se te hace plana (carece de emoción) o falta algo, puede que el intercambio mejore considerablemente si colocas algunos incisos. Puedes recurrir a varios recursos:

1) Dicendi: estos sirven para aclarar quién habla, como "dijo él" e "inquirió él". Úsalos cuando hay ambigüedad para evitar que el lector confunda a los personajes. Tip: hay verbos que aportan no solo una aclaración, sino también una cualidad sonora, como «mascullar» y «farfullar».

2) Movimiento: cuando no hay necesidad de aclarar quién lleva la batuta en la conversación, recurre a incisos de movimiento (como "se mesó el cabello", un gesto común cuando alguien está exasperado). Las posturas y los gestos ayudan al lector a comprender el estado mental de los personajes, y esto a su vez le posibilita meterse de lleno en la escena.

3) Información: De ser necesario, puedes añadir información relevante para que el lector comprenda mejor algún aspecto de la conversación. 

4) Mixtos: por lo general, estos incluyen un verbo dicendi seguido de una acción, usualmente en gerundio. Ejemplo: (—¡¿Qué has hecho?! —gritó, retrocediendo a trompicones).

PRECAUCIÓN

No te vuelvas loco añadiendo incisos, que vas a terminar con diálogos cortados. Tiene que haber un equilibrio. En tu cabeza tienes una idea más o menos clara de cómo va la escena, ¿no es así? Piensa con qué velocidad quieres que interaccionen los personajes y qué movimientos hacen. Usa solo los incisos necesarios.

----------------

Nota: el que esté escribiendo esta guía no quiere decir que tenga tiempo para corregir novelas. No uses la sección de comentarios para pedir a otras personas que vayan a leer tu historia ni me envíes mensajes pidiéndome que revise tu novela. No lo haré.

Errores de escritoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora