Capitulo 18

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POV Amelia

¿Conoces esa sensación de cuando estás durmiendo y te despiertas con una energía diferente? ¿Una buena energía? Así es como desperté hoy, estirándome en la enorme cama de mi habitación sintiendo todos los músculos de mi cuerpo muy relajados. Abrí los ojos con cierta dificultad y mirando alrededor de la habitación en donde había sido hospedada, la casa de los Gomez era digna de envidia, todo en ella era muy hermoso, e incluso lujosa pero todavía se podía sentir un ambiente acogedor. Rodé sobre la cama un montón de veces sintiendo el dulce olor que emanaban las sabanas. Hasta que Luisita entro en mis pensamientos. No podía imaginarme lo difícil que estaba siendo para ella enfrentarse a la enfermedad de su padre.

De lo poco que sé, el Alzheimer es incurable, y no hace más que empeorar con el tiempo. Para mi Marcelino era muy joven para tener algo así, pero desafortunadamente, la enfermedad no elige edad o género, a pesar de le enfermedad, Marcelino se ve feliz, siempre con una sonrisa en la cara.

Manolita y Catalina parecían estar resignadas a vivir con la enfermedad. Solamente para Luisita era más complicado, y no podía juzgarla. Ayer por la noche se puso realmente frágil, solo recuerdo lo triste en su mirada y el brillo de sus ojos cuando me miró, fue desgarrador verla así. Pero lo que realmente me sorprendió fue cuando me pidió un abrazo. ¿Me considera Luisita una amiga? O ¿solo pasó eso porque ella estaba en su peor momento?

No.....

Luisita no es así, ella siempre se mostraba como una persona totalmente decidida y sincera. Imaginarla de otra manera es un poco difícil para mí. Pero entonces, ¿qué espera ella de mí? Puede que nada, solo una amistad. Estaba claro que Luisita ha caído a los pies de Carol, o mejor dicho a mis pies. Pero así no era como lo quería. La quería a ella, quería sentir su afecto, quería ser amada.

Carol conquistó a Luisita con su cuerpo, con deseo, ¿Y yo? ¿Qué es lo que he hecho yo? Nada. ¿Qué he conquistado en Luisita?

Me levanté de la cama dejando todas esas ideas de lado. Pensar en todas esas cosas solo me confundían. Así que tome una decisión. Haré de este fin de semana algo especial, no me preocuparé por Carol, o el hecho de que ella es mi jefa. Seriamos simplemente Luisita y Amelia, nada más.

Después de un baño caliente, me puse unos pantalones rotos en las rodillas, y una blusa gris que dejaba mi estómago al descubierto. Mi pelo se encontraba con suaves y ligeras ondas. Me miré en el espejo una última vez antes de dejar la habitación, ahora todos deberían estar en la mesa para el desayuno.

Descendí las escaleras sin hacer ruido, oí unas carcajadas viniendo de afuera las cuales adiviné que eran de Marcelino y Catalina. No estaban en el comedor, vi a través del gran ventanal que estaban sentados en la mesa de afuera tomando el desayuno. Me acerqué a ellos lentamente.

"Digamos que creo que ella no lo es, pero debería serlo, ella es muy guapa."

Marcelino dijo a Luisita. ¿Acaso ellos estaban hablando de mí? Luisita dejó escapar una carcajada, lanzando un pequeño trozo de pan a Marcelino.

-Jugar con la comida es un pecado, buenos días a todos.

Dije mientras me acercaba a la mesa. Todos me miraron rápidamente, haciéndome sentir avergonzada.

Luisita me miró de la cabeza a los pies como si estuviera analizando cada detalle de mí.

- ¡Buenos días Amelia! – Catalina dijo animadamente.

- ¿Ves Luisita? Amelia es hermosa.

- ¡Papá! - Luisita le dio un codazo y entonces me miro.

-Buenos días Ameli, siéntate con nosotros - Luisita dijo sonriendo.

La stripper - LuimeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora