Epilogo Parte 1

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Carolina Pov.

Maldita! - Exclamé con furia, lanzando el pequeño vaso contra la televisión.

Estaba por todas partes. En todos los periódicos, revistas, sitios de chismes. La noticia de que Amelia Ledesma era la esposa de Luisita Gomez y la nueva presidente de Industrias Gomez en Buenos Aires. Nunca podría aceptar todo eso, ¿cómo podría una mujer así llegar a ese nivel?

-¡Fuiste una idiota, Carolina! - Grité.

Después de lo sucedido con Ascensión, la rubia había sido trasladada a una prisión y se quedaría un buen tiempo tras las rejas. En cuanto a mí, fui condenada por posesión ilegal del arma que Ascensión había usado para matar a la madre de Amelia, tuve la opción de pagar una multa enorme, pero con la falta de recursos financieros que tengo, no tenía otra opción, que pagar con servicios a la comunidad.

Nunca me imaginé a mí misma en una situación tan deplorable. Estaba viviendo en un pequeño departamento en los suburbios, siempre en busca de cualquier trabajo. Mientras esa maldita mujer robó el lugar que debería ser mío.

La imagen de dos mujeres con un aire de superioridad apareció en la televisión, hablando de los futuros proyectos que la industria Gomez tenía al lado de Ordoñez. Lourdes era otro parásito, que traicionó nuestra confianza para aliarse con esa maldita puta.

-Elegiste el camino equivocado, Luisita. Ninguna otra se vería tan bien a tu lado como yo - dije mientras recorría con la punta de mis dedos la imagen de Luisita estampada en la portada de una revista de empresarios importantes - espero que ella te haga sufrir, ¡perra arrogante!

Tiré la revista lejos y me levanté del sofá maloliente que estaba en la habitación. Simplemente estaba agotada, el servicio a la comunidad en el hogar de ancianos me estaba volviendo completamente loca. Estar sirviendo como una simple cocinera a aquellas personas era algo que nunca imaginé para mi vida.

Malditos ancianos!

Luisita Pov

El agua relativamente fría cubrió buena parte de mi cuerpo, las sales de baño dejaron un agradable aroma junto con una gran cantidad de espuma que se encontraba en la bañera de hidromasaje. La luminosidad del entorno estaba con la intensidad adecuada, mientras que una música de fondo se reproducía a través de los altavoces distribuidos por todo el baño.

Tomé una respiración profunda dejando que mi cuerpo se relaje en ese momento. Habíamos tenido un día muy agotador con todos los compromisos de Industria Gomez, y ahora, todo lo que necesitaba era relajarme.

Alce una pierna hacia arriba, viendo la espuma cubriendo buena parte de esta, para después meter la otra, y apoyarme en el otro lado de la bañera de hidromasaje. Tenía mi pelo recogido en un rodete descuidado, dejando algunos mechones de pelo cerca de mi nuca mojarse.

Todo estaba en tanta calma, que incluso podría imaginar que estaba fuera de órbita, hasta que sentí unos labios húmedos entrar en contacto con la piel de mi cuello.

-¿Muy cansada? - La voz de Amelia inundó mi oído.

Abrí una sonrisa involuntaria a ella, que se acercó rápidamente, y se sentó en el borde de la bañera de hidromasaje.

-Un Poco, Ameli.

-¿Quieres que cuide de ti?

Apoyé la cabeza hacia atrás, para mirar, finalmente, a los ojos de mi morocha. Ella tenía su cabello atado en una cola de caballo bien hecha, dejando su cara totalmente libre. Me quedé unos segundos mirándola, para luego asentir.

-Si quiero, pero ¿dónde está Euge?

Amelia se movió un poco, y después coloco sus manos delicadas en mis hombros donde presionaba ligeramente. Cerré los ojos cuando ella comenzó tan delicioso masaje.

La stripper - LuimeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora