Epilogo parte 2

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Amelia Pov

Baje la última caja que quedaba a la habitación. Al fin nos habíamos mudado a una casa de verdad. Por años Luisita había logrado detenerme, evitando a toda costa dejar su hermoso departamento. Pero en estos últimos meses le di un ultimátum. Ahora con Clara debíamos tener un espacio más grande.

-Ame, Luisi dijo que dejara esa caja aquí. - dijo Euge tras entrar a la habitación.

-Déjala en la silla, Euge. Por favor.

Mi hermana asintió y dejo la caja de cartón donde le había indicado. Eugenia Ledesma ya no era una niña, estaba en la adolescencia. He tratado de cuidar de ella a toda costa como siempre lo había hecho desde sus primeros pasos, a la niñez y la adolescencia. Con la muerte de Devoción, nuestro lazo se hizo más fuerte, a diferencia de muchos familiares, mi relación con Euge era maravillosa. Siempre manteníamos una conversación amistosa, llena de respeto y afecto. La ausencia de padres en la vida de la más joven no estaba siendo tan perjudicial como lo había sido para mí. Tal vez la nueva estructura familiar que teníamos había beneficiado totalmente el crecimiento de Eugenia, ya que Luisita eran tan fraternal hacia ella como yo. Era maravilloso ver como mi esposa amaba a Euge, y cuidaba de ella como si fuera su hermana.

- ¡Iré a ver mi nueva habitación! Luisi dijo que había puesto una bañadera en mi baño, ¿Puedes creerlo? –dijo emocionada.

-Sabes que no es lo suficientemente grande como para meter a Cronos y darle un baño, ¿cierto?

-Luisita dijo que si puedo.

Antes de que pudiera decir algo, la joven había salido de la habitación riéndose entretenida. ¿Debería decir que incluso después de años, ese perro hacia un enorme desastre? ¡Dios! ¡Y no solo el! Ahora no solo tenía una niña en mi casa. ¡Tenía tres!

-¡Atención damas y caballeros! En unos minutos aterrizara el mini aeroplano. ¡Esta es la comandante Luisita Gomez junto a la piloto Clara Ledesma Gomez!

Escuche la voz de Luisita viniendo del pasillo, y junto a ella la risa de Clara hacía eco por la habitación. Como dije, aquí vienen las otras dos niñas. En segundos, vi a Luisita entrar a nuestra habitación con nuestra hija en la espalda. La pequeña tenía una sonrisa enorme en la cara y sus pequeños brazos alrededor del cuello de mi esposa.

-¡Cancelen el aterrizaje! ¡Cancelen el aterrizaje! ¡Mami Amelia está en medio de la pista de aterrizaje!

-¡Aterricemos en la pista dos! –dijo Clara entre risas.

- ¿Qué creen que están haciendo señoritas? –dije cuando me levante del piso.

- ¡Jugando al avión! –dijo emocionada mi hija.

-La última vez que jugaron así alguien salió lastimado. - me acerque a ellas, y me miraron con cara de aburrimiento.

- ¡Me resbale, no vale! –Se defendió Luisita haciéndome reír. - Clari, dile a tu mami que no sea aburrida.

-Mami... -dijo Clara aun enganchada al cuello de Luisita.

Sonreí mientras las observaba así. ¿Había alguna duda de quién era la madre irresponsable? Clara beso la cara de Luisita, y después me disparo una sonrisa. Tal vez nadie entienda lo maravilloso que era verlas así. Contrario a lo que muchos piensan, Luisita era la madre más boba y juguetona de todas. El aire imponente y serio que tenía en Industrias Gomez, desaparecía totalmente cuando estábamos en casa junto a nuestra hija y Euge. Era prácticamente irreconocible para aquellos que solo la conocían en horario de trabajo, y admito que tener ese lado de Luisita era lo mejor del mundo.

-¿No me vas a dar uno también? –pregunte con las manos en la cintura.

Luisita se acercó para que nuestra hija me depositara un amoroso beso en la cara. Sonreí cuando sentí los delicados labios de la pequeña, inmediatamente me encargué de depositar muchos besos en la cara de la pequeña, quien sonrió.

La stripper - LuimeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora