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Taehyun se preguntaba de nueva cuenta qué era lo que hacía estando ahí frente a su mejor amigo escuchando por séptima vez como le contaba el romance que tuvo con uno de sus compañeros de clase.

No tenía tiempo para eso, los exámenes comenzaban en una semana y él debería estar en su casa estudiando, no debió dejar en un primer lugar que Beomgyu lo convenciera de salir y más que lo distrajese con su postre favorito.

—¿Y sabes? Él sabe perfectamente lo que me gusta, me invita a diferentes lugares que jamás había visitado y termina encantándome, es todo un adivino —habló encantado.

Taehyun dejó salir un suspiro mientras apoyaba su mentón sobre su mano izquierda y miraba con cansancio a Beomgyu. Era ya la tercera vez que decía lo mismo.

—Hey, ¿estás escuchándome? Pareciera que solo aceptaste la salida por el helado y no por tu mejor amigo. —frunce el ceño con fingida molestia.

Taehyun se colocó de manera correcta mientras metía otra cucharada de helado a su boca y asentía a la persona frente a él.

—Lo siento, Beom, pero me sobornaste con helado y es justo que pueda disfrutar de él.

—¿Seguirás así de amargado toda la tarde? ¡Te saqué de tu cueva! ¡deberías agradecerme!

El castaño frunció la nariz ante las palabras de su amigo. ¿Él, amargado? ¿Le dice eso por querer ser responsable y esforzarse para no reprobar el año?

—Terminemos con el postre y vayamos a casa ya, ¿sí?

Beomgyu rodó los ojos ante el pedido, ¡Justo eso era lo que quería evitar!
Se concentró en lo apurado que Taehyun comía el helado de chocolate y simplemente decidió actuar.

Tomó una buena cantidad de su helado -ya, un poco derretido- y se apuró en pegárselo en la cara.

Sonrió triunfal cuando vio las pequeñas gotas rosas rodar por los mofletes y parte de la nariz del menor.

—¡La vida no es solo el estudio, Taehyun! A veces, simplemente debes sacar la diversión de tu interior y dejar que todo fluya!

Taehyun, con la boca entreabierta y con una vena saltante recargado en molestia, tomó lo que sobraba de su helado y lo tiró justo en frente de él.

Oh, si tan solo hubiera recordado que no eligió Básquetbol como taller precisamente por su mala puntería.

Sus ojos se abrieron con demasía y llevó ambas manos a su boca, negando exaltadamente.

Beomgyu reía fuertemente por la cara manchada de su amigo y porque su venganza había fracasado. Cuando al fin sus ojos se abrieron para ver el por qué su amigo no había dicho ninguna palabra desde lo sucedido, pudo percatarse que el castañito no quitaba la mirada por sobre su hombro.

Confuso, miró detrás de él a la cosa o persona que acaparaba la atención del menor, y cuando supo, simplemente no pudo evitar reír de nuevo, pero esta vez más bajito.

Un chico peliazul se encontraba de la misma manera que su amigo, paralizado y mirando en dirección del antes mencionado con los ojos muy abiertos. Sus dos manos se encontraban extendidas a los costados por la sorpresa y su camiseta toda manchada del helado que pudo haber estado en su rostro.

Cuando Taehyun al fin reaccionó, no tardó mucho antes de pararse con rapidez, tomar un montón de servilletas e ir con el extraño.

—L-lo siento tanto, e-ese helado no era para ti, p-perdón. —sus manos temblaban mientras trataba inútilmente de borrar las marcas cafés de la camiseta blanca del chico.

Ice creαм ᵞᵉᵒᶰʰʸᵘᶰ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora