Me lleno de felicidad al recordarme estrechando la mano de Bruno, ver su sonrisa, y esos ojos cafés.
Me es inevitable sonreír al recordarlo, aunque también me da un poco de pena.
Estoy en la entrada del edificio, sentado en la escaleras esperando a Arizona.
Mientras lo hago, me pregunto si Bruno también será de esta área, no lo he visto en ningún grupo, ni por los alredores del edificio.
Entonces, llego a la conclusión de que lo más seguro es que sea del área de medicina.
A lo lejos, veo que Arizona se acerca, me regala una sonrisa y me saluda con la mano.
Me pongo de pie para recibirla.—Hola Christian,—Se acerca a mí y nos saludamos de beso.
—Hola Arizona, ¿Qué tal todo?,—Pregunto.
—Un poco agotada, anoche no dormí tan bien cómo quisiera, pero bueno.
Me quedo callado y sólo le sonrío,—Bueno, debemos ir a clases.
—Pero antes, acompañame a la cafetería, necesito algo de tomar.
—Claro, vamos.
Juntos caminamos a la cafetería, donde Arizona compra un par de bebidas para ambos.
Mientras caminamos al salón, ella se detiene.
—Mira, mira esto,—Me señala un tipo anuncio acerca de un evento escolar que se hará esta noche.
—Es un hecho que vamos a venir,—Me dice emocionada.
—No, lo creo, no tengo ganas de esto,—Le digo con un tono serio.
—¡Por favor!,—Exclama ella.
—No, mira, si tú quieres venir, pero yo no, en serio.
—Por favor Christian,—Hace un puchero y yo sigo dando una respuesta negativa.
—Bien de acuerdo, entonces tendré que buscar al chico de la cafetería, el que te gusta, y decirle que te invite, porque así no te vas a negar.
Cuando termina de decirme eso, mis mejillas se ponen coloradas y me siento muy nervioso.
—¿Quién te dijo de Bruno?
—¿Se llama Bruno?,—Me mira efusiva.
—Sí.
—Hasta su nombre sabes, muy bien. Y respecto a tu pregunta, Megan me lo dijo,así que yo creo que entre las dos, le vamos a decir que te invite.
—Pues no, porque pues, no,—Balbuceo un poco.
—Mira como estás de rojo, uhhh,—Me agarra las mejillas en modo de burla.
—Bueno, está bien, voy a venir contigo al mentado evento.
—Lo sabía, !Te quiero montones!,—Exclama mientras me da un abrazo breve.
—Si bueno, vámonos ya,—Intento olvidar lo que dijo para que mis nervios se vayan.
Juntos comenzamos a caminar hacia el salón de clases, Arizona parece estar emocionada.
Pasamos las siguientes horas en clase de Introducción a escenografía y dirección, donde planeamos nuestro proyecto final, junto a nuestros demás amigos, Megan, Jessica y Diego.
Entre la organización del proyecto, sale el tema de la fiesta.
—¿Van a venir al rato?,—Pregunta Megan emocionada.
—Claro que sí, Jessica y yo vendremos juntos, ¿Ustedes también vienen?, Bueno, pregunto porque Christian es el más aguafiestas de nosotros,—Dice Diego y todos nos echamos a reír.
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Un magnífico error
Teen FictionNo podemos forzar a alguien a que se quede con nosotros, no podemos obligar a otra persona a que nos ame. Lo único que podemos hacer es darle un pedazo de nosotros y esperar que haga lo mismo, sin rompernos en mil pedazos, pero sin importar que pase...