C20: "No quedan lágrimas para llorar"

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7 meses después.

Jueves 10:45 a.m

—¡Gracias!, De verdad, esto significa mucho para mí,—Abrazo a Arizona.

—Tienes mucho potencial, no puedes desperdiciarlo,—Me regala una sonrisa de oreja a oreja.

—Muchas gracias, en serio,—Leo nuevamente los papeles, Arizona ha conseguido que presente una de mis obras en un famoso teatro de la ciudad.

—Y hay otra sorpresa, pero esa no puedo decírtela aún.

—Necesito prepararme, la presento en dos semanas. Me siento muy emocionado.

Ha sido el mejor regalo que me han dado en mucho tiempo.

—Te quiero mucho, en serio, gracias.-Le digo con ternura.

—Sabes que yo a tí, siempre serás mi persona,—Me sonríe y da un sorbo a su taza.

—Por cierto, ustedes me van a ayudar, verdad.

—Claro que sí, pero, todo el crédito es tuyo, prácticamente, es tu obra, eres el director,—Me sonríe de nuevo, y ella esta tan feliz como yo.

—Por cierto, podría decirle a Sina y a los chicos que me ayuden con la parte de la banda sonora.

—Me parece perfecto.

La campana de la entrada me distrae, al alzar la mirada, veo que David se acerca a dónde estoy.

Le sonrío y lo saludo con la mano.

Cuando llega al mostrador, nos saluda a los dos.

—Hola, Arizona,—Ellos se saludan de beso en la mejilla.

—Hola, David, ¿Cómo va todo?,—Arizona lo invita a sentarse a lado de ella.

—Ahora que veo a cierto chico, mejor,—Me mira y me es inevitable sonrojarme.

—¿Qué deseas tomar?,—Le pregunto, y la felicidad no se va aún de mí.

—Hummm, un expreso doble.

—En un momento te lo doy,—Preparo una de las cafeteras.

—Te noto, radiante el día de hoy, ¿Algo en particular?,—David me mira detenidamente y sin dudarlo, le cuento la última noticia.

—Sí, la verdad es que hay algo, Arizona, consiguió que presente una de mis obras en el teatro de la ciudad.

—¿En serio?, Eso es ¡Estupendo!,—Dice efusivo.

—¿Estarás ahí, verdad?

—Nunca me perdería algo que tenga que ver contigo.

Me sonrojo un poco y comienzo a preparar su pedido.

—En un momento regreso, necesito el baño,—David se pone de pie y se retira al baño.

—Se ve que realmente le gustas, Christian, ¿Podrás aceptarlo pronto?,—Arizona suelta su pregunta así sin más.

Me quedo callado por unos segundos y ella habla de nuevo.

—¿Aún piensas en...?,—La interrumpo, sé a dónde va este tema.

—No lo digas. Sabes que ese tema no se toca.

—Christian, llevas evitando hablar de...eso, lo haz evadido siete meses,—Suena molesta.

—No me interesa, no hay nada que decir, ¿De acuerdo?

—Por favor, al menos déjame decirte que...

Un magnífico errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora