El clima es perfecto, es una tarde nublada, casi oscurece, en el evento hay bastante gente de ambas áreas.
Decidimos sentarnos en la parte de en medio, en dos filas de sillas.
A mi derecha está Bruno, seguido está Sina, Arizona, y finalmente Adrián.
En la fila de adelante de nosotros están, Megan, Diego, Jessica y Sebastián.
La película es realmente buena, es una especie de "Romeo y Julieta", el grupo que la hizo, realmente se esforzó.
Dejando de lado eso, disfruto tanto este momento, mis amigos, y el chico que quiero, está aquí a mi lado.
A veces lo miro de reojo, pequeñas sonrisas se escapan de mi boca.
¿No lo puedes creer acaso, Christian?
Me dice el subconsciente, cuando me distraigo porque Bruno me cacha observándolo.
—¿Qué ocurre?
Me es imposible sonrojarme, volteo mi mirada a la pantalla enorme.
—Nada... sólo te ves muy bien,—Le digo venciendo los nervios que siento.
Mi mente se centra en la película, pero siento el momento en el que Bruno toma mi mano.
Volteo mi cabeza hacia donde está él, y ahí estamos de nuevo, perdido el uno en el otro.
Se acerca poco a poco hacia mí, y me da un beso corto en los labios.
—Te quiero, chico apuesto,—Le digo acariciando su mejilla y después, recargo mi cabeza en su hombro, quedándome así hasta que la película termina.
-
Cuando empiezan la parte de los créditos, todo el mundo aplaude, el productor de la película da las gracias por estar presente.
Todo el mundo se pone de pie y comienzan a retirarse.
Me quedo de pie a lado de Bruno, y sin dudarlo, lo abrazo por la cintura.
Es como si por un momento sólo fuéramos él y yo.
Nos separamos cuando el resto de los chicos se acerca a nosotros.
—¿Qué plan ahora?, Es temprano,—Megan suena entusiasmada.
—Podríamos ir a la casa de alguno de nosotros, y tener una pequeña reunión,—Propone Adrián.
—Bueno, de ser así, podríamos ir a mi casa, hay una piscina, una mesa de billar, y mejor aún, un poco de alcohol,—Arizona ofrece su casa para seguir esta noche, a todos nos parece una buena idea, así que el plan es irnos a casa de Arizona.
Los nueve caminamos al estacionamiento, y parece ser el momento de dividirnos.
—Propongo que Christian, Jessica, Arizona y Diego, se vayan conmigo.
Megan, Sebastián y Sina se vayan con Adrián, ¿Les parece?,—Bruno sugiere.Después de un intercambio de miradas entre todos, los nueve damos una respuesta positiva.
El team de Adrián, se dirige a su auto junto a él, mientras Bruno se sube a su camioneta para encenderla, Jessica, Arizona, y Diego se suben en los asientos de atrás.
Después de subirme en la parte del co piloto, el recorrido comienza.
Adrián viene siguiendo a Bruno, la casa de Arizona queda un poco lejos, pero cada momento con Bruno es, sencillamente perfecto.
Nos detenemos un momento, puesto que uno de los semáforos está en rojo.
Aprovecho para observar detalladamente a Bruno, él tiene la mirada al frente, con ambas manos en el volante, se ve tan precioso.
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Un magnífico error
Teen FictionNo podemos forzar a alguien a que se quede con nosotros, no podemos obligar a otra persona a que nos ame. Lo único que podemos hacer es darle un pedazo de nosotros y esperar que haga lo mismo, sin rompernos en mil pedazos, pero sin importar que pase...