Lydia POV
Pasaron varios años desde que hemos tratado de rehacer nuestras vidas. La verdad es que es difícil olvidar ciertos hechos, porque quedan clavados en tu pecho y mente; porque quedan en tu vida.
Aunque seguimos viviendo en la misma casa; decidí darme un tiempo con Jack, puede sonar estúpido porque ya estamos casados, y que también puede sonar bastante hipócrita porque juramos no separarnos pero...Es mejor no decir nada, el futuro siempre te va a sorprender.
No sabía que de la nada me iba a comenzar a gustar Carlos. Son sentimientos de adolecentes, a pesar de todo nunca logramos madurar.
¿Cómo puedo superar a un amor que quedó a medias?. Damien fue mi primer amor; mi primer medio amor, no puedo olvidarlo tan rápido, nunca lo haré, de hecho él está presente en mi vida, siempre. ¡Tengo dos hijos de él, y me duele saber que se fue sin saberlo!, la herida ha vuelto abrirse...
Me duele el pecho, he caído varias veces en depresión. La ansiedad me consume cada día y aunque Veronica, Ryan y Liam tratan de ayudarme; es difícil.
Perdí tanto en tan poco. Siempre me cuestiono: ¿Por qué Damien?, joder ¿por qué?, aunque era un canalla a veces; siempre quería lo mejor para todos. Él merecía vivir más, se merecía más.
-¡Mami!
La pequeña Daly se asoma por la puerta y me sonríe. Viene con su uniforme mientras carga a Nike, quién ya no es tan pequeño.
-¡Cari!-le sonrío mientas trato de cambiar un poco mi rostro triste
La niña me observa y descarga al animal.
-¿Te sucede algo?-lleva sus manitos a mis mejillas y hace puchero, siento como sus pulgares limpian mis lágrimas.
Ahg mierda.
-No, preciosa, estoy bien-le sonrío y quito sus manos de mis mejillas para después acariciar su rojizo cabello
-¿Por qué estás llorando?
-No es nada
-¿Es porque extrañas a papi?
Aprieto mis labios y niego. Es mejor no responder o terminaré contándole todo a mi hija.
Se sienta en la cama y me observa.
-Damien se peleó hoy-muerde sus labios
Abro mis ojos de par en par y suspiro.
Dios mío, Damien cada día es más agresivo.
-¿Por qué?
-No lo sé-alza sus hombros-Es cada vez más testarudo
Abro mis ojos y niego.
-No digas esa palabra
-¡Pero tú la dices!
Suelto un risita, Dios mío, los niños son como pequeñas grabadoras. Repiten todo lo que los demás hacen o dicen.
-Es una mala palabra, prometo no volverla a decir-asiente y sonríe-Pero solo si tú no la vuelves a decir
-Pinkie promise-saca su meñique
Uno el mío con el de ella.
-Oh y otra cosita mami-juega con sus dedos de forma nerviosa-Damien también ha estado diciendo palabras muy groseras en el instituto, lo hace cuando está con sus amigos, y no deja que yo tenga amigos, solo amigas-hace un gesto de desagrado-¿Podrías hablar con él? no quiso escuchar a papá, le cerró la puerta de su habitación en el rostro