Lydia POV
Estuvimos juntos durante un buen rato conversando, tres horas y media para ser exacta, tratamos de convencer a los señores Parks que se quedaran aquí, pues están mucho mejor que allá en Washington, ahora en adelante las cosas se van a colocar oscuras.
—¿Seguro que estarán bien?—cuestiona el señor Erick mientras toma la mano de Abby
—Si papá, estaremos bien
—¿Rachelle?
La chica se da la vuelta y le sonríe
—Si, estaremos bien, no hay duda de aquello, estuvimos entrenando todos estos años para cuando nos tocara enfrentar a la "temible" fuerza de Dylan Blair—hace las comillas con los dedos y luego suelta una risa
Erick y su esposa le sonríen, también le dicen que es una fortuna volver a tenerla en la familia y que por favor quieren ver al bebé muy pronto. La verdad es que no sé muy bien cómo es que ella es hija de los Parks, es un poco diferente.
—Nos veremos muy pronto—dice Ryan mientras toma el collar de Tommy, luego Travis le dice que se pase pero éste se niega
Todos subimos al auto después de un largo rato de despedida, vamos platicando de todo un poco, Tommy está muy emocionado, así como Abby y Travis quienes lo consienten repetidas veces.
—¿Y eso era todo?—cuestiono con mis cejas elevadas—Fue muy corto el tiempo que hablamos
—Si, pero es mejor no profundizar los relatos, ni mucho menos volverlos tan narrativos, aburren—dice Ryan
—Además no estamos en el deber de hacer aquello, o sea, le dijimos lo que tenían que saber y ya esta
Aprieto mis labios y le doy la razón, no quiero llevarles la contraria.
Acepto que fuí a la habitación de Damien, todo está como él lo dejó. Su camisa blanca extendida en la espalda de la silla que tiene en su escritorio, sus zapatos por doquier, estos siempre estaban por toda su habitación menos en el armario, lo gracioso es que siempre era muy ordenado, o bueno eso decía él. Las fotos de nosotros enmarcadas alrededor de la habitación me hicieron querer salir corriendo hacia aquellos tiempos. Tiempos que jamás volverán y duele como si te arrancarán la piel segundo a segundo.
El olor a perfume cuando se organizaba para salir al instituto impregnaba todo el lugar. Tal vez la señora Parks echó algo de aquella fragancia para hacer como si él estuviese. Damien tenía perfumes diferentes para cada ocasión, lo más gracioso es que yo me sé la fragancia de todos.
Recuerdo perfectamente cuando salimos, eran muy pocas las salidas que teníamos los dos, el resto eran con los chicos; fue tan graciosa esa salida que tuvimos Damien y yo, fue una de las mejores que pude haber tenido con alguien porque ese día decidimos salir caminando, tanto era lo que caminamos que él tuvo que cargarme sobre su espalda, le dije repetidas veces: "ya no quiero caminar más, me arrepiento de no haber decidido por un auto", mientras él sólo se reía y hacía bromas las cuales me causaban enojo. Cuando llegamos al lugar quedé atónita, no era unos de esos lugares a los que solíamos ir, nada de eso. Era una casa en obra negra, más bien era un terreno sin nada frente a los ojos de cualquier persona, pero frente a los ojos de Damien lo era todo un mundo, en los ojos de mi chico eran sueños y esperanzas.
"—Este será el lugar en donde construyamos nuestra primera casa Lydia, te lo prometo, la casa será la más enorme que haya en este lugar, tendrá un gran patio para que nuestros dos niños o tres; jueguen junto a sus mascotas"