Mi Locura Por Elezard

Capitulo IV. Doble D.

Ya en casa, Ángel y su mejor amigo Dany Dale Sáez comentaban el arribo de su nueva compañera de clases.

- Mira Bro, de que es monísima, ni discutirlo; pero de ahí a que sea inalcanzable. No se Bro, creo que no haz aprendido nada.- Dijo Dany desde la silla giratoria frente al ordenador.

- Tú no lo entiendes doble D. Es casi perfecta, es que no la viste bien.- Respondió Ángel recostado en la cama con el cubrecama de los Avengers. Dany prefería decirse a sí mismo "Doble D" y a Ángel no le importaba llamarlo así.

- Si que la vi, si me la señalaste como un mono hambriento vería una banana en el desierto.- Dijo Doble D.

La verdad es que Dany Dale o doble D no exageraba. Después de clases Ángel salió disparado al pasillo cerca al bebedero donde estaba el casillero de doble D. Inmediatamente le dijo entusiasmado que llego una chica nueva al colegio. Doble D se lo esperaba, la chica era una preciosidad oriental, tal cual la describían los más húmedos anhelos de su mejor amigo Ángel.

- Bueno, Angelito debes pensar si solo vas a quedarte ahí a comentarme lo hermosa que es o piensas hacer algo al respecto.- Dijo doble D. - Se supone que hoy es día de PS4 y no me traje mi juego de Dragon Ball Fighters solo para verte rumiar tu poca fe en ti mismo.-

- Joder doble D, no es tan sencillo como tú crees. Yo no tengo un mar de amigas como tú.- Respondió Ángel indignado ante la poca solidaridad de su mejor amigo. - Yo no cuento historias como tú las cuentas.-

- Angelito, Angelito, mi Bro. Yo no cuento solo historias, yo hago storytelling con las chicas del colegio.- Dijo doble D, poniéndose en pie y abriendo los brazos para dejarse ver plenamente - Vamos Bro, mírame. Yo no puedo verme guay con mis ochenta y picos kilos. Yo no puedo verme guay, yo prefiero ser guay. Todo está en lo que verdaderamente quieres ser.- Sentencio doble D.

- Pareces libro de autoayuda.- Respondió Ángel enfurruñándose y acomodándose las gruesas gafas. Siempre se le caían de la nariz al levantarse de la cama.

- No mi Bro. Tú me escuchas como libro de autoayuda porque te niegas a recibir ayuda.- Dijo doble D sentándose y girando en la silla. - Vamos Ángel, que perderías en intentar hablarle ¿Qué todos crean que eres patético? Ya lo creen todos modos en tu salón y aún no haz hecho nada.

- ¡Hey, eso me ofende!- Respondió Ángel.

- No es novedad.- Añadió doble D entornando los ojos. - Mira, yo soy un gordo grasoso. No salgo bien en las fotos, soy un asco en los deportes y no soy adinerado. Lo sé bien, todos en la escuela me lo recordaron por ocho largos años de mi vida. Entonces, yo no les voy a venir a cambiar la opinión de mí, no puedo. Tampoco voy a dejar de comer. Joder, me encanta comer y quiero comer y tal vez muera comiendo, pero deje de tener vergüenza por eso. Decidí, por mí mismo, ser un gordo.-

- Eso no es sano doble D.- Dijo Ángel.

- No ofendas mi inteligencia Bro. Claro que no es sano y pagare las consecuencias. En cuanto decida que ya no puedo seguir comiendo así, pues me iré al gym, al nutricionista o al cirujano. Si no puedo hacerlo solo, pediré ayuda.- Doble D esgrimió su mejor sonrisa, realmente caía bien a cualquiera. - Ángel, mi Bro, yo decido que y quien soy, eso es guay y las mujeres inteligentes lo saben.

- No seas creído. Cinthya Rico te mando a rodar, Marisol también y su amiga Geraldine.- Le dijo Ángel decidido a no admitir que su amigo tenía razón.

- Dije las mujeres inteligentes mi Bro. Vez que no me escuchas.- Respondió doble D.

- Eres jodidamente guay ¿No?- Dijo Ángel.

- Todos tenemos un don mi estimado Elezard, rey de las redes sociales.- Respondió doble D con una venia burlona. - Bueno, a todo esto ¿Imagino que sabes su nombre? ¿O fue una alucinación colectiva verla caminar por el pasillo?-